El escenario es para muchas bandas un rincón propio y apodíctico para dejar que el cuerpo y la mente se expresen, donde multitud de cambios e intensidades se suceden en un despliegue técnico e imaginativo. Los madrileños King Sapo son de esos grupos que se muestran muy compenetrados, alucinando a propios y extraños con una desbordante pasión y gran capacidad de transmisión en vivo, una avalancha sónica de intensidades y puro misticismo en largos y tensos desarrollos, estructuras mutantes, llenas de sube y bajas, una intensidad que modulan a su antojo. Un rock atemporal que está por encima de tiempos y modas, con un sonido puente entre los 70 y los 90.
En la actualidad la formación madrileña se encuentra presentando su nuevo trabajo “Sexo en Marte”, grabado y producido por Juan de Dios Martín y King Sapo, los días 20 y 21 de diciembre del pasado año, en Metropol Estudios (Madrid), sin haber perdido esa esencia que les hace tan particulares y con la intención de transportarnos por muy diversos paisajes, con impecables cambios de tonalidad y una profundidad rica en matices y niveles de sensibilidad, mamando de muy diferentes tradiciones musicales en sus nuevas creaciones “Sexo En Marte”, “Te Huelo”, “Insecto” y “Desorden”, impregnadas de unos efectos muy dispares y una fuerza interior mucho más pasional.
Un estado de forma envidiable, con una química que se trasluce en mucha alma desplegada en dar a conocer su reciente material, una elevada frescura y dinamismo a la hora de generar sensaciones únicas y memorables en la interpretación ferviente de “La Vida Es Hoy”, “Deja Que Vibre” Y “La Realidad De Ti”, una magistral antesala a un repaso, con poderosa actitud y firmeza, de algunas canciones que ya han calado hondo entre todos sus seguidores como “Hombre Humo”, “Phoenix”, “Hablando con Árboles” y “Niño Gurü”, con sensaciones enormemente llamativas, donde la banda adquiere dimensiones superiores en patrones rítmicos, fieles a esa línea rockera abierta que siempre han expuesto, sin dejar de lado esos destellos de gran calidad y una personalidad que marca el camino en su afán de dignificar los sueños del rock. Mayor dosis de talento y distinción en un final de actuación intenso y emotivo a cargo de la semiacústica “Libre”, con un estribillo muy efectivo, la fabulosa adaptación del tema de Moby “Natural Blues” y la esperada “Afrodita”, cargada de frenesí rítmico y donde la voz de Jesús Trujillo dio lo mejor de si mismo en viveza sonora. ¡Una delicia para derretirse lentamente en el paladar!