Es un hecho más que constatado que no corren buenos augurios para la música en vivo, si ya de por si la saturación de eventos está generando que el público tenga que elegir entre tanta oferta, el anuncio de giras importantes y los carteles completos de los festivales consagrados tampoco ayuda para que las salas presenten llenos considerables, sumado también a la inflación imperante por la guerra en Ucrania, con los precios de los alimentos, los combustibles, los tipos de interés y la energía alcanzando máximos históricos, todo ello está provocando que el gasto en la actualidad del personal sea menor en los ámbitos de ocio nocturno, optando muchos por ahorrar para las fechas de las vacaciones, los regalos navideños y por si llegan tiempos peores, notándose en exceso un menor poder de convocatoria de público en aquellas formaciones nacionales que no gozan de una excesiva popularidad. No por ello, está mermando la ilusión de estos músicos que sienten la necesidad de dar a conocer su música fuera de su entorno cercano, intentando ganar adeptos en su lucha por cumplir su sueño. Pese a cancelarse prácticamente toda la gira junto a Censurados, los madrileños Sinaia no quisieron desperdiciar su oportunidad de visitar nuevamente la capital vizcaína, optando por el acompañamiento indispensable de una banda local, Kernhell, y exteriorizando una ejemplar actitud en los tiempos que corren (no suspendiendo ante la escasa venta de entradas), una puesta en escena entregada por parte de sus integrantes y con un estilo personal que la banda sabe materializar tanto en estudio como en directo, con las cualidades suficientes para seguir defendiendo las canciones en vivo bajo un latir muy especial en la figura de su nuevo vocalista Ivo.
En primer lugar salieron los bilbaínos Kernhell con todo el ánimo del mundo a presentarnos su primer trabajo de título homónimo, muy compenetrados como cuarteto y transmitiendo una gran sensación arriba del escenario, manifestando que su fidelidad tanto al hard rock y al metal clásico no conlleva para nada a un inmovilismo, fluyendo de manera impecable con aspectos muy pasionales en su música y una soltura asombrosa en perfecto equilibrio entre estilos, compaginando a la perfección una buena técnica con versatilidad y sentimiento en «Narcisismo Cerebral», «Agoniza», «Blindlovers», «Miedo» e «Infierno», buscando con la mejor predisposición animar al público, ritmos algo lineales, pero con unas guitarras que atrapan rápido, demostrando tener la actitud y aptitud para ensanchar en un futuro sus márgenes musicales e ir puliendo un estilo mucho más personal.
A pesar de estar bastante tiempo alejados de los escenarios debido a la búsqueda del candidato perfecto para cubrir la vacante dejada por Valen Domínguez a las voces, los madrileños Sinaia no han perdido ni una pizca de su energía en vivo, ofreciendo versatilidad con sentido, impecable demostración de recursos y una gran libertad en la creación de un estilo propio, aprovechado los recursos y cualidades de su nuevo vocalista, sin forzar un cambio en sus planteamientos, mostrándose mucho más encendidos si cabe de lo que ya nos habían mostrado en visitas anteriores, muy asentados y consolidados a la hora de moverse en diferentes estilos, con una clara vocación de directo y haciendo que su seña de identidad sea la propia variedad de sus composiciones, conservando intacta esa virtud de ir siempre un pasito más allá en diversidad de detalles y amplitud de miras.
La formación dejó una gran sensación, sonando de manera excelente y con un punto mayor de expansión en ejecución, con mucho equilibrio entre todos los componentes y mucha expresividad en vivir la música con toda la pasión, fuerza y sentimiento, cuajando una excelente actuación de principio a fin. El arranque fue de una brillantez total, contundencia bajo control, manteniendo la base sólida de su sonido, desbordando ilusión y buen hacer musical en «Sangre y Cal», «Intento Perfecto», «En La Pista» y «Declive», riffs muy cambiantes y ritmos en continuo movimiento, alternando su vocalista con mucha naturalidad limpios y rasgados registros, todo ello con una energía desbordante y una capacidad de envolverte y sucumbir. Una muestra de pureza y fuerte pegada comanda siempre por la polivalencia de Ivan Ramirez, fundiendo su virtuosismo con absoluto sentimiento, sabiendo dejar un terreno nítido en detalles técnicos, y marcando impecablemente el tempo y los cambios de intensidad. Sin tregua fueron repasando sus tres discos de estudio («Sinaia», «Presente» y «Solo Humanos»), bajo una actitud absolutamente propia y plena de credibilidad, destacando la versatilidad y el dinamismo desechados en la interpretación de «Valiente» (adaptación del tema de Metusta Morla), «Reinicio», «Ojos Cerrados» y «De Par en Par», con un vocalista ya muy metido en la descarga, acrecentando la consistencia de unas canciones de verdadero nivel, dejando entre medias una brillante carta de presentación sobre su futuro disco, con el tema «Herida Abiertas», en la búsqueda de nuevos horizontes, robustez sonora con tintes hardcoretas, dejando volar su despliegue técnico e imaginativo.
Completamente sincrónicos, golpeando con mucha contundencia y solidez, dejándose notar la experiencia adquirida en las bandas de procedencia de algunos de sus componentes, se atrevieron a poner el broche final con toda la actitud necesaria en intensidad, fuerza y emoción, dejando espacio a la versatilidad de las guitarras y los rabiosos agudos desatados, con total destreza para cambiar de tesituras en «Pulso», «Solo Humano» y «Verbo», sobresaliendo la técnica con un sentido absoluto y directos al grano, sin rodeos, como debería ocurrir siempre.