viernes, 22 noviembre, 2024
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El relevo generacional en el metal vasco sigue estando garantizado con la aparición de bandas que han logrado interiorizar de maravilla el estilo, con plena libertad de crecer en diferentes niveles, usando elementos más extremos en algunos detalles instrumentales y vocales, pero sin dejar de transmitir esa fuerza y sentimiento tradicional. Los legazpiarras Anker han confeccionado un primer trabajo «Gizagaitza» que apunta alto, con la frescura suficiente y personalidad para no decepcionar a nadie, no dejando que prácticamente todo el peso recaiga en el apartado vocal, partiendo siempre de un fantástico despliegue de guitarras y de dinámicos ritmos, una técnica con toques de originalidad más que considerables.

 

La respuesta del público fue lo suficientemente buena en su segunda presentación en su localidad natal, generándose un buen ambiente previo y en el transcurso de la misma. El grupo desarrolló un concierto de fantástica ejecución, con buen nivel instrumental y transmitiendo sensaciones nada más tocar las primeras notas de «Anker» y «Nire Infernua», tras la correspondiente intro «Azken Gaua», con garra y buena capacidad melódica para recibir el apoyo y calor de amigos y asiduos a los conciertos en vivo en recintos cerrados. Desgranaron prácticamente la totalidad de los temas de su debut, interpretándolos con gran fluidez por parte de todos los miembros y con destellos calidad como para encandilar a los más puristas.

 

Continuaron jugando con la maleabilidad de los ritmos, combinando alardes de virtuosismo en los punteos y dinamismo vocal, sin fisuras en cuanto a contundencia en la pegada, con potencial, actitud y calidad para llevarnos a todos de calle en «Eskifai Galdua», «Arimen Merkatua» y «Azken Hatsa», temas llenos de fuerza y melodía, donde de nuevo buscaron y encontraron la conexión con los presentes. La banda funciona muy bien en entendimiento y cohesión, con un vocalista que da la talla en unos exigentes registros, condesando vitalidad, frescura y empeño por obtener un acabado de mayor viveza y consistencia en composiciones con una mezcla estilística curiosa como «Direnak Eta Ez Direnak» , «Garai Berri Baten Hasiera» y «Ekaitza» , una concentración de toda su esencia en unas estructuras cargadas de ideas bien aprovechadas. ¡Intachable destreza a los instrumentos!