Seguir las tendencias de moda te convierte en uno más, el arte de ser uno mismo requiere valentía, equilibrio, armonía y coherencia. Los donostiarras Killwolf han apostado por la defensa de la autenticidad en un ámbito musical cada vez más falso y carente de sentimiento propio. Los que andan buscando una alternativa real en el heavy metal clásico están de enhorabuena, ya que con unos cimientos sólidos ofrecen todos los alicientes del género que enarbolan, estribillos memorables, destellos de calidad instrumental y pulidas melodías vocales, con un sonido orgánico en las guitarras y el sentimiento requerido para conectar con la corriente más purista del género.
Sin reservas y con un abrumador potencial por parte de cada uno de los componentes, llevaron a cabo la presentación de su primer trabajo «La Hora del Miedo», poniendo a prueba las gargantas del personal, en la fiesta de presentación de la vigésima primera edición de la Heavy Jaia, celebrada el pasado 10 de febrero en la sala Doka (Donostia), después de la entretenida actuación de Kontraband, versionando hits de Hard Rock. La banda supo llevarse el gato al agua con Jesus al frente, un ejemplo de entrega y actitud en escena, una honesta forma de sentir la música y compartirla con gente afín a tal humilde pasión, en particular a aquellos que sienten la música en sus venas. Sus recursos son infinitamente mayores en directo con ese rasgo diferenciador de quien se muestra tal como es, con un trabajo instrumental técnico pero a la vez muy sentido en la interpretación magistral de temas como «Licantropo», «Teatro de Ficción», «La Hora del Miedo» y «El Guardían», con una puesta en escena formidable, al servicio del conjunto, conociendo el terreno que transitan, sin pecar en vacíos de contundencia sonora ni significado.
Un sentido muy directo en lo musical, siendo capaz de ofrecer canciones de mucha elaboración, con la libertad de rayar a gran altura en los exigentes tiempos que corren, sin dejar de transmitir esa fuerza tradicional en actitud junto a unas instrumentaciones dotadas de buenas intenciones y con cualidades para ello en «La Danza de las Brujas» y «Eterno», cambios de ritmos muy rápidos y con constantes referencias en torno a la temática que giran los temas, facturando con entereza un terreno baladístico en «Sin Final» y obsequiando con la esencia de un pasado siempre presente en su particular adaptación del «Al Otro Lado Del Silencio (Ángeles del Infierno), con una entrega mucho más completa, de vivir la música con toda la pasión, en «Heavy Metal» y «Killwolf», no renunciando nunca a buscar la reacción del público. Una nitidez impactante, con influencias visibles y una capacidad instrumental que les permite lucirse, siendo un reclamo para cualquiera que haya crecido con los grandes grupos de heavy metal de todos los tiempos.