El desarrollo de una identidad musical propia es un proceso largo y costoso, que se va transformando constantemente, una herramienta de expresión y crecimiento hacia un conjunto de características personales que permitan distinguirse del resto. Los navarros Bourbon Kings manifiestan una amplitud de miras al alcance de muy pocos músicos, siendo una banda capaz de romper moldes en el sentido de que goza de una gran fortaleza para remar a contracorriente, obviando los gustos predominantes y forjando un estilo inigualable, progresando de manera natural en su forma de concebir la música, ahondado en el rap y metal de los noventa, albergando unas evidentes reminiscencias de nu metal con sus diferentes variantes. Uno de esos grupos que hacen de la música una vía de comunicación y hermandad, una fiesta donde nunca falta el bourbon ni las ganas de hacer disfrutar.
En cuanto a capacidad de transmisión e inquebrantable actitud, Bourbon Kings supera a cualquiera a día de hoy, diferentes, genuinos y dejando fluir lo que sienten en todo momento, entendiéndose perfectamente bajo una intensidad que modulan a su antojo, quedando patente su naturalidad absoluta y excelente construcción musical cada vez que se suben a un escenario. Memorable lo vivido el pasado 25 de noviembre en el fabuloso local de la asociación de músicos Iparragirre Rock Elkartea, que promueve y divulga la cultura musical dentro de su municipio Gernika-Lumo (Bizkaia). La exposición de recursos por parte de la formación fue brutal, un equilibrio perfecto en ejecución, técnica y capacidad de transmisión, con una versatilidad que hace a Bourbon Kings ser uno de los candidatos con mayor merito en personalidad y talento para ocupar un lugar entre las bandas más consolidadas.
Enseñando los dientes desde el inicio, a través de unas señas de identidad claras y completamente intactas, en «Sin Control», «Tienes Mucho Que Callar», «Una Sola Oportunidad» y «No Sé Por Qué», desbordando una gran vitalidad en sus ritmos y sonoridades, gran conexión y unas ganas de contagiar entusiasmo con un acabado y trato musical bañado en diversidad de detalles, increíbles cratching, samples y programaciones por parte de DJ Paik, fantásticas rimas en la técnica de rapeo y en una forma peculiar de desgañitarse como un demente en las transiciones requeridas a cargo de Aaron DB, coros compenetrados gracias a la inmejorable ayuda de Jon Bourb On al bajo y fabulosos destellos guitarreros de la mano de Julen Dread, insuflando algún matiz distinto en su estilo con la magnífica pegada de David Topper a la batería.
Un concierto divertido, de ritmo trepidante, muy directo y con una coordenadas bien definidas, subiendo constantemente la temperatura de la sala y acrecentando las ganas de fiesta con temas de su último trabajo como «Jumpdafuckup», «Solo Gente Especial», «Puro Fuego» y «Nos La Suda», en esta última con la colaboración espontánea de dos chicas del público, no dejando de ofrecer detalles técnicos de nivel bajo un orgánico y elaborado sonido, jugando con diferentes intensidades y virajes en cada uno de ellos. No olvidándose tampoco de interpretar algunas de las canciones más destacables de trabajos anteriores de ritmos muy vívidos y de envergadura en su coordinación ,»No Soy Yo», «Vergüenza» y «Fuck You», provocando una rabiosa e hiriente intensidad para acabar por todo lo alto, con su vocalista Aaron desatado entre el público en varios de ellos, hasta se atrevió éste a echarse cuatro cervezas a la vez por la cabeza.
Muy llamativo el abanico de influencias en el que se manejan, poniendo a todo el mundo a saltar en su particular adaptación del archiconocido tema de Prodigy «Smack My Bitch Up”, no quedando atrás tampoco en calidad individual y colectiva su vibrante versión del “Take A Look Around” de Limp Bizkit, resulta llamativo el abanico de influencias en el que se manejan, concluyendo con el público desatado, derrochando una fuerza sublime en «Rómpelo», apreciándose un estilo muy consolidado dentro del actual panorama, imprevisibles en sus movimientos y en sus palabras de dialogo.