Una ambición bien encauzada en habilidad técnica y gran capacidad para permutar ritmos, sabiendo acoplar cada elemento en el lugar preciso, es absolutamente imperiosa para cualquier banda que quiera subir peldaños y no estancarse demasiado por una falta de concreción meticulosa en sus ideas creativas. Son muchas las virtudes técnicas que ofrecen los bizkainos Rise To Fall en su modo de expresión, buscando aunar matices muy dispares e intentando aportar algo distinto con una naturalidad prácticamente espontánea, sin perder nunca la potencia ni la pegada. En su reciente trabajo «The Filth, vuelven a dejar de manifiesto un crecimiento en madurez y virtuosismo a la hora de exponer un sinfín de argumentos musicales, siendo ellos mismos sin eludir del estilo que les llena, bajo un impacto directo y un aura mucho más primoroso y sorprendente si cabe, plasmando verdadera emoción y reivindicando un lugar en los altares de la escena metalera nacional. Una mejora en términos de producción particularmente ostensible en el tratamiento de los matices y en el otorgamiento de un espacio propio para que las guitarras ejecuten buenos punteos y solos. Todo ello con buen orden y pleno sentido.
Tras más de 9 años de su última visita por tierras guipuzcoanas, en la quinta edición del Euskal Metal Fest, celebrada el 22 de febrero de 2014 en la sala Tunk! (Irun), la banda se atrevió por fin a cruzar la muga que separa ambos territorios para ofrecer dos actuaciones, la primera en Aljibea (Villabona) junto a Lampr3a y la segunda en la sala Doka (Donosti) con Kritter. En un principio había tomado la decisión de irles a ver en ambas fechas, pero finalmente me decanté por su actuación en la capital guipuzcoana. Con una base rítmica muy viva y cambiante, el quinteto derrochó unos latidos muy orgánicos en cada una de sus interpretaciones, un impacto directo en agresividad y melodía perfectamente fusionadas, dinamismo vocal, riffs con amplios márgenes para fluir en consonancia, y una base rítmica veloz y con mucha pegada. Sin excesivos precalentamientos, supieron oscilar en intensidades emocionales con la suficiente elaboración y frenesí en expresivas transiciones instrumentales e impresionantes tesituras vocales, con una frescura que en este estilo (Death Metal Melódico proveniente de Gotheburg) es difícil de encontrar, solos de guitarra hilvanados al gusto de cualquier apasionado de estos sonidos y líneas rítmicas cuidadas hasta el más minucioso detalle.
Dejaron patente que el concierto no iba a tener demasiada tregua, un sonido robusto y con mucha fortaleza, sin perder un hilo de unión entre los diferentes pasajes, bases muy contundentes y marcadas como modo de expresión principal, entendiendo perfectamente cuál es su estilo, y como ofrecer ápices de novedad en sus nuevas composiciones. Fue imposible no caer rendido ante la imparable energía de la banda y la portentosa variedad de elementos mostrados en temas como «Rising Sun», «In The Wrong Hands», «End Vs Beginning”, «Hierophant», «Redrum», «The Compass» y «Heroes», bajo una frenética alternancia de ritmos, una masa compacta y sin fisuras, con un vocalista de cualidades excepcionales que sabe como dar vida a las canciones, algo en el que suelen errar muchos, una mente abierta a nuevas sensaciones, no solamente las de soltar agresividad y gancho. Su gran trayectoria unida a su consistencia les sigue otorgando un factor importantísimo a la hora de crear un ambiente cargado de corpulencia e intensidad emocional, interactuando entre ellos de una manera espectacular en «Parasites», «Acid Drops», «Infinite Crossroad» y «Ascend To The Throne», brutal pegada y calidad compositiva tanto con sus recientes temas como con los más añejos.
Una forma de hacer las cosas muy propia, con una intensidad mayor al final, una sincronía bastante natural en el desarrollo de las capas instrumentales en el plano más pesado y contundente, incorporando elementos actuales que siempre juegan a su favor, dinamizando muchísimo sus descargas; y dejándose llevar por su propia forma de expresión en «Decoding Reality», «Test Of Time», «The Descendant» y «Thunders Of Emotions Beating», no renunciando a sus raíces y aflorado de una manera más desaforada su agresividad, metiéndose de lleno en las tendencias más actuales dentro de su género, con mucho que aportar a nuestra escena.