– Sin duda una apuesta creativa y original es la que encontramos en vuestro nuevo trabajo «Habitación 924 (Versiones Ocultas)», un viaje por las emociones a través de diez suculentas adaptaciones de los temas más reconocibles de vuestra andadura musical junto a una serie de covers y grabaciones realizadas en diferentes estudios y ciudades del mundo. Una obra diferente al resto de lo que podemos topar en el actual panorama musical. ¿A quién se le ocurrió la idea un disco tan distinguido en arreglos y una profundidad emocional maravillosa, lo más parecido a hablar desde el corazón? ¿Qué retos teníais marcado de antemano y hasta qué punto habéis enfocado esta vez el concepto de la producción? ¿En qué sentido creéis que habéis madurado más?
Hace ya muchos años que Moebio queríamos hacer un recopilatorio de nuestra discografía. Pensamos que sería interesante elegir varios temas y regrabarlos como versiones para darles un nuevo estilo. Es cierto que Habitación 924 ha sorprendido a los seguidores de Moebio. Y es que este último disco tiene mucho trabajo de producción, pues no sólo hemos regrabado los temas desde cero, sino que además hemos reestructurado las melodías y cambiado los instrumentos que originalmente formaban parte de ellos. Muchos de nuestros fans nos escriben diciendo que disfrutan de este disco como un momento íntimo y sincero.
– ¿El planteamiento inicial era el de intentar darle una vuelta de tuerca a vuestro sonido, con una frescura renovada y una gran pulcritud en constante crecimiento para huir de ciertos simplismos que en este estilo podían hacerse ya escuchados?
– Dicen que la creatividad florece en tiempos de crisis. ¿Qué bandas os han sorprendido estos últimos años?
No hay que confundir ser ambicioso con ser egoísta. Moebio es un grupo que ha sabido mantenerse en pie a pesar de las dificultades propias del mundo musical. La pasión que le ponemos a nuestro trabajo ha permitido que aquí sigamos después de años de actividad. Hemos compartido escenarios con infinidad de grupos y siempre hemos querido hacer de cada concierto un entorno de amistad y buen rollo tanto con el público como con el resto de bandas. No hemos mirado a nadie nunca por encima del hombro porque sabemos lo desagradable que es y lo poco productivo que es en este sector que tanta unidad requiere.