martes, 23 abril, 2024
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Una fluctuación emocional de desolación, de oscuridad interior, pero también de misticismo bajo la esencia de unos instrumentistas excelentes que saben adaptarse a diferentes terrenos con la misma fluidez y que se han dejado llevar allá donde la música ha querido, es lo que alberga el primer trabajo de los madrileños Murmur «Pvtrefactio», un trabajo cargado de detalles, de densidad sonora, pero con fuerza guitarrera en muchos momentos, con subidas y bajadas de emociones, post-black metal tejido de múltiples capas y tonalidades, sin perder nunca la versatilidad y con carices bien distintos que sortean cualquier tipo de monotonía.

En vuestro primer trabajo «Pvtrefactio», exponéis una gran variedad de recursos en el plano instrumental, una fluida exposición de destellos de calidad y detalles enriquecedores en un fluctuante trayecto plagado de diferentes intensidades y virajes, consiguiendo una sensación de obra tremendamente completa, dando la sensación de que no ha habido ninguna atadura y que habéis dado rienda suelta a todas vuestras inquietudes musicales. Os habéis sentido cómodas en hacer lo que os apetecía? ¿Cómo se ha ido desarrollado el proceso creativo, plasmando matices que te obligan a mantener la atención en lo que escuchas?

Bueno, en primer lugar, creo que habéis descrito mejor que nosotros mismos este trabajo. La verdad que nos sentimos muy cómodas haciendo la música tal y como la hacemos, aunque a algunos les cueste entendernos. Hacemos lo que nos pide el cuerpo y no podría ser de otra manera.

El proceso de creación ha sido complejo a la hora de construir «Pvterfactio». Nos encontrábamos en una etapa de madurez, queriendo dar un paso más en serio, y también tuvimos que lidiar con la pandemia, lo que retrasó este trabajo y nos hizo reestructurar algunas cosas. Lo que queremos decir es que en este proceso de creación, hay unas canciones más jóvenes que otras, aunque creo que apostamos ante todo por la coherencia dentro del álbum.

Al ser temas largos y con una estructura compleja, requiere que cada parte retenga la atención del oyente en todo momento. Creemos que esto es lo más difícil de lograr. Y por supuesto la variedad y el querer hacer algo nuevo. Nosotros no estamos aquí para hacer algo que ya haya hecho otra banda antes, o al menos esa es la intención.

¿Cuánto tiempo os ha llevado el elaborar los temas, de dónde surge el concepto y cómo ha discurrido la grabación?

Como decíamos, el proceso creativo ha sido largo. Lo primero es tener una idea final, que no es nada fácil. Teníamos claro que este trabajo iba a girar en torno a la temática alquímica, pero de ahí hasta construir la estructura final cohesionada que presenta el álbum, hay un trecho. Hay sobre todo muchas horas de lectura, investigación, de probar y, sobre todo, quebraderos de cabeza. Pero es un proceso que también se disfruta conforme las cosas van adquiriendo sentido.

Temas como Leiyu han costado mucho cerrarse. Llegamos incluso a desechar un tema prácticamente entero porque no era lo que buscábamos. En cambio otros estaban más claros desde hace tiempo.

En cuanto al proceso de grabación, en California Estudios, en Madrid, fue cosa de una semana. Víctor, que ha sido el encargado de la grabación y las mezclas, nos lo puso todo muy fácil, fue muy cómodo trabajar con él y las cosas salieron sin mayor dificultad.

Vuestra propuesta musical se podría catalogar de metal extremo con mucha amplitud, un fluir de sensaciones que te llevan por atmósferas muy cautivadoras, un virtuosismo digno de magistrales instrumentistas, sabiendo darle forma a todas vuestras influencias sin emularlas, interludios instrumentales que dan cohesión al conjunto y una impresionante riqueza estilística junto a un caudal de agresividad desaforada. ¿Qué términos usaríais para definir vuestra música?

Esta es una pregunta siempre difícil de responder, pero tampoco es algo que nos preocupe mucho. Coincidimos en que nos desenvolvemos dentro del metal extremo, luego unos nos dicen que hacemos black, a nosotros nos gusta destacar nuestra parte más post y ambiental, hay momentos en los que nos sentimos más cómodos en el doom…

De momento, aunque no nos gusten demasiado las etiquetas, nos definimos como post-black metal. Pero no nos importa ser bienvenidos donde el público nos quiera meter.

Lográis mantener el interés del oyente gracias a unos cambios de ritmo que aportan la variedad necesaria y unos registros vocales perfectamente adaptados a la línea musical. ¿Cómo se alcanza ese nivel de técnica y brillantez para saber como colocar cada elemento en el lugar adecuado y provocar una reacción emocional en el oyente?

Al ser una banda joven, creemos que tenemos mucho por mejorar todavía. Aun así agradecemos mucho estas palabras. Creemos que escuchando mucho y probando mucho, así se mejora. Y sobre todo no ser conformista, hay que intentar dar lo mejor de uno mismo en cada compás, aunque ello a veces nos cuesta la salud. Esperemos que con el tiempo podamos llegar al nivel de nuestros grandes referentes y pelearnos menos con nosotros mismos.

¿Cuál fue el tema que más disfrutasteis grabando y el que más quebraderos de cabeza os dio?

Depende del tema, cada uno ha tenido sus impresiones con cada tema. No tenemos demasiada experiencia en el estudio, así que ya de entrada grabar este disco era todo un reto.

Desde la batería puede que Leiyu fuera el más exigente, ya que tiene mayor ritmo que los demás casi durante todas las partes. En el bajo puede que «Caelestis», es difícil ajustar todas esas figuras en el tempo. Pero precisamente luego son los temas que cada uno más disfruta en el escenario. Como se dice, sarna con gusto no pica.

En cuanto a las guitarras el tema que más complejidad supuso fue «Seven», ya que es de las pocas canciones que tiene un solo de guitarra en el álbum y riffs rápidos que es complicado cuadrar a tempo en una grabación, donde los pequeños fallos son más comunes. La que más disfruté grabando fue Leiyu, para mi es muy divertida de tocar y a pesar de ser un reto para mi, lo afronté con mucho entusiasmo.

Por la voz diría que el tema que más disfruté y más quebraderos de cabeza me dio coinciden, «Death of Thoth», ya que es el tema con más cambios de registro de guturales, lo que me permite explorar e intentar nuevas técnicas, pero a la vez supone un reto. También me gusta mucho «Leiyu», pero para mi destaca no por la destreza vocal necesaria sino por la interpretación que va ligada a la canción.

El álbum alberga un montón de detalles que se van revelando con cada escucha. ¿Habéis tenido una actitud abierta a la hora de probar diferentes tonalidades? ¿Qué sentimientos habéis buscado transmitir a través de él?

Nos gusta que hagáis hincapié en las distintas tonalidades, ya que es algo no muy recurrido dentro de un mismo álbum en este tipo de géneros. Sin embargo pensamos que era algo necesario, sobre todo en «Caelestis», que es donde más se aprecia. Y es que esta canción supone un punto de inflexión en la filosofía del disco, habla de una especie de renacer, convertirse en una persona nueva, y ello también implica un cambio en la musicalidad.

Por su parte, «Sol Invictus» habla de lo cíclico, y por ello es la canción que más veces repite una misma estructura, ya que nosotros no solemos componer de esta manera, pero la canción lo necesitaba para transmitir el mensaje deseado.

En cuanto a otros sentimientos, creemos que cierto aura de oscuridad, de desolación, pero también misticismo y momentos oníricos. No creemos que la letra y la música se deban componer como algo independiente, sino que debe ir ligado. Queremos que «Death of Thoth» nos transporte a un clima de apocalipsis total, y que «Selenelion» suponga un viaje astral de nuestro “yo interior”.

La variedad rítmica y la complejidad en arreglos y matices es algo a destacar en este primer disco de larga duración. Los temas no siguen una línea similar y hay mucha diferencia entre unos y otros. ¿En qué tesituras os sentís más cómodos?

Hemos hablado un poco de ello en una de las preguntas anteriores, y es que nos sentimos cómodos en muchos entornos diferentes, en parte porque todos estamos acostumbrados a escuchar gran variedad de artistas. Pero a veces el músico debe salir de su zona de confort, debe pelear y sobre todo arriesgar. Creo que este es uno de los grandes problemas de las nuevas generaciones, hay muchos jóvenes con talento pero que parecen tener miedo de salirse de un guión preestablecido.

Aun así, la experiencia musical y narrativa de este álbum habla sobre una evolución personal y social, sobre ciertos cambios que también se deben plasmar en la música. Si hablamos sobre el deseo de que la humanidad se extinga, utilizamos algo más doom; en cambio si hablamos sobre las dudas y las pasiones de la adolescencia, empleamos un estilo más agresivo.

Me resulta llamativo los destellos de gran lucidez compositiva que albergan temas como “Leiyu”, “Caelestis”, “Sol Invictus” y “Seven”, evocando ambientes y pasajes que hacen de la escucha un tremendo viaje en cambios de texturas ¿Ha sido difícil la cohesión entre los diferentes elementos para no perder contundencia y espontaneidad?

A veces al componer temas largos, que expresan tantas cosas dentro de una misma pista, es normal encontrarse con dificultades. De hecho, muchas veces reconocemos que es más complicado darle cohesión a los temas que crear cada riff y cada melodía. Al igual que en el cine los directores dirigen su filme anticipando lo que va a pasar, los músicos deben componer sabiendo y contando que es lo que va a pasar a continuación.

«Pvtrefactio» podría haberse construido en una única pista y tendría sentido, puesto que narra una evolución con un sentido de principio a fin. Pero también creemos que los interludios y las pausas son algo necesario, pues al fin y al cabo también transmiten mucho al público, tanto en el álbum como en los directos.

Para promocionar este lanzamiento habéis grabado un videoclip para el tema “Sol Invictus”, con una estética muy a lo Behemoth y con imágenes simbólicas de vuestra ciudad, buscando crear algo impactante y novedoso. ¿Supongo que estaréis orgullosos de como ha quedado? ¿Fue complicado el llevarlo a cabo? ¿Hay algún aspecto que os gustaría explicar del mismo para que los lectores lo comprendan? ¿Tenéis en mente algún otro proyecto audiovisual?

Estamos muy contentos con el resultado, pero especialmente con el equipo creativo que se ha creado gracias a ello. Más que llevarlo a cabo, creo que fue complicado dar con la idea definitiva. Al principio nuestra idea era hacer algo mucho más sencillo. Gracias a Azahara Gómez y a Lorenzo Ayuso, los directores del videoclip, que se empaparon de todos los conceptos del tema y del álbum hemos podido plasmar a la perfección los conceptos encerrados en la canción.

Hay muchos detalles tanto en el videoclip como en el arte del álbum que delatan la temática de cada tema, pero lo que yo creo que es más evidente y que quizás se pase más por alto son las gamas de colores. Cada canción se asocia a un estado alquímico y a su correspondiente color, teniendo negro, blanco, citrino y rojo. En el videoclip hemos querido que de la misma manera apareciesen todos estos colores, en mayor o menor medida.

De momento estamos centrados en los directos y sacar el máximo partido al álbum, pero planeamos sacar un lyric video en el futuro cercano.

Actualmente hay muchos grupos que saturan sus trabajos con exceso de producción de forma que oculta o disfraza la falta de creatividad. ¿Cuál es vuestra opinión al respecto?

Este punto es bastante interesante. Es verdad que las técnicas de producción han evolucionado bastante. Sin embargo, Víctor de California Studios captó muy bien nuestra idea y desde el primer momento optó por sacar un sonido orgánico al álbum. Esto quiere decir una mayor presencia de humanidad, que se note que hay personas detrás de esos instrumentos y renunciar a triggers y todo este tipo de triquiñuelas. No queremos decir que existan trabajos que exijan un sonido más artificial o procesado, pero teníamos claro que no iba a ser nuestro caso.

Que existe una falta de creatividad es un hecho, pero al público parece no importarle demasiado, ya que se sigue apoyando mucho más a las mismas bandas de siempre en lugar a los nuevos artistas. Nosotros tenemos esa intención renovadora, de traer algo que no se haya escuchado antes, pero al final es el público el que tiene la palabra y los que decidirán si vamos por el lado correcto o no.

Habéis cuidado mucho tanto las formas como el contenido musical del mismo. El diseño es espectacular y la portada capta la atención por plasmar perfectamente los conceptos implícitos en el disco. Contarnos un poco quien se ha encargado del diseño de la portada y lo que queríais trasmitir en ella

La portada ha sido mezcla de dos artistas, ya que el concepto ha ido evolucionando con el paso del tiempo. La ilustración se la encargamos a James Hutton, un ilustrador cuyo estilo cuadraba mucho con la idea del álbum. Más adelante, cuando comenzamos a trabajar con Azahara nos replanteamos la composición y el fondo y finalmente obtuvimos el diseño final. Había varios elementos que consideramos fundamentales: la botella con la serpiente, que representa el putrefactio, y los dos soles, que pueden relacionarse con el ser. La portada representa esa putrefacción que caracteriza al álbum y hace guiños al resto de canciones, es el sumun del «Pvtrefactio».

¿Cuál es vuestra opinión al respecto sobre las nuevas corrientes del metal, sois de los que estimáis que se ha perdido un poco la esencia, que en su mayoría es muy lineal. y por lo tanto tiende a saturar?

Un poco por ahí va la cosa. Se siguen encontrando muy buenos álbumes, nos gusta ver como algunos artistas con los que has crecido desde que éramos chavales han ido madurando, y por supuesto, a nosotros también nos gusta disfrutar de los clásicos. Pero bajo nuestro punto de vista, el metal va necesitando un relevo generacional, los festivales no pueden estar encabezados siempre por los mismos.

Pero esto es más problema del público que de los artistas, no se puede exigir una eterna juventud, pero tampoco puede ser que un “grupo resucitado” monte un paripé y todo el mundo acuda en masa y mientras se ignore a artistas locales y artistas pequeños.

Falta cierto atrevimiento y frescura en la música, pero la conformidad y la falta de sentido crítico por parte del público está poniendo las cosas muy complicadas en este mundo.

Cómo veis la escena musical en este momento? ¿No creéis que hay una saturación excesiva de eventos musicales y un evidente incremento en gastos de producción?

Esto que decís se traduce rápidamente en la palabra “festivales”. No tiene sentido en España, al igual que otro tipo de políticas que dejan a nuestro país fuera de muchas giras de artistas que realmente queremos ver. En sala, por supuesto. Pero es todo perfectamente aplicable al mundo del ocio y el espectáculo audiovisual, no creemos que esté pasando por sus mejores momentos.

Algo tiene que cambiar, es otra burbuja entre otras muchas que está por explotar.

¿Cuál es el mayor problema con el que se topa un grupo de metal en España?

Nuestra propia cultura musical, por ejemplo. El metal ni está bien visto ni se le da importancia. Para mucha gente escuchar a una cantante haciendo guturales es como si fuera el anticristo de la música. Esto se lleva haciendo en Europa desde los años 70. Desde que montamos el grupo tendemos a pensar mucho en el público de fuera, aunque para ser sincero, estamos muy sorprendidas con la buena acogida de «Pvtrefactio» en España.

Otros problemas pueden ser la falta de músicos especializados en géneros más extremos y, sobre todo, con hambre de crear y huir de las bandas de covers, por favor.

Por último, y ante este panorama, también falta hacer algo más de piña. Más apoyo entre bandas y músicos del mismo gremio y menos competitividad y envidia.

¿Qué bandas os han sorprendido últimamente?

Por citar algunos ejemplos, estamos muy contentos de ver como bandas que se lo han currado, parece que al fin están teniendo el reconocimiento que merecen, como es el caso de Amenra.

Algunos otros nombres que podemos dar son los últimos trabajos de Rolo Tomassi, Brutus, Deafheaven, Sons of Aguirre & Scilla… incluso de artistas que vienen de un pop más independiente y que en algunos trabajos recientes coquetean un poco con el metal.

¿Qué objetivo esperáis alcanzar con este disco?

Nos gustaría que «Pvtrefactio» nos abriese las puertas a realizar más conciertos, haciéndonos un pequeño hueco en esta enorme industria y poder vivir la experiencia de ver cómo la gente disfruta de nuestra música.

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