Los madrileños Kinnia siguen en su afán de evolucionar y explorar nuevos sonidos folk del este de Europa. En su nuevo single “Mar Negro”, la banda hace gala de un despliegue extraordinario con un nivel musical absolutamente enorme, apostando por la calidad sonora y compositiva. Una canción que combina historia, emoción y épica, evocando el esplendor perdido de Constantinopla, cuna de navegantes y puente entre civilizaciones. Ese eco histórico se entrelaza con una reflexión universal sobre los ciclos vitales. El mar, vasto y despiadado, se convierte en un espejo donde el protagonista revisita su humanidad, sus errores y su esperanza. Desde los cantos de sirenas y ballenas hasta la voz que anima a remar contra la tempestad, Mar Negro construye un imaginario lleno de fuerza, libertad y trascendencia.

El tema narra el viaje espiritual y físico de un marinero que abandona su hogar rumbo al mítico Mar Negro, dejando atrás una vida que ya no le pertenece, y forjándose una nueva vida navegando. Un viaje vital que empieza con la partida del protagonista en su juventud, después en la crisis de la madurez, y culmina en su vejez, haciendo balance de la vida y rememorando su historia, más sabio, más humano y dispuesto a dejar sus consejos por escrito a futuros viajeros de la vida. Una búsqueda espiritual: una tierra prometida “repleta de montañas de marfil, agua clara y libertad”, símbolo de todo aquello que aspiramos a alcanzar a lo largo de nuestra existencia.

Las ilustraciones y animación son de Víctor Izquierdo, y por primera vez, José Luis Frías, flautista de la banda, canta también acompañando a Rubén Kelsen a la voz. La producción musical, mezcla, arreglos y mastering es de Jorge Escudero, la composición musical y letra son de Jezabel Martinez y José Luis Frías.