Isabel Marco, integrante del grupo de rock Insolenzia, se ha embarcado en su carrera en solitario, abriendo el corazón a sus emociones, con un primer trabajo «Quiero Ser Agua» lleno de sentimiento y sinceridad, buscando la variedad entre cada una de las piezas y una línea musical en armonía vocal y alternancia de compases bajo su gran honestidad y el compromiso social que le ha caracterizado hasta la fecha.
– Pocas son las veces que un disco transmite tanto en una primera escucha, con tu primer disco en solitario “Quiero Ser Agua” puedes sentirte orgullosa de haberlo logrado. Una inmejorable carta de presentación, una obra de sensacional factura, medida composición, sonido cohesionado, comprometidos textos y ese punto de ambivalencia para hacerlo accesible y atractivo. ¿Cuál ha sido la razón de embarcarse en una carrera en solitario? ¿Está siendo fácil funcionar en solitario?
En primer lugar muchas gracias por tus palabras, es todo un halago que te digan que tu primer trabajo en solitario se recibe así. El germen principal de lanzarme a grabar “Quiero Ser Agua” fue la idea de grabar un par de temas en acústico; tenía dos canciones que habían surgido en casa con la guitarra acústica, de un modo más íntimo, y me resultó atractiva la idea de probar algo nuevo y grabarlas tal cual habían nacido. Sin embargo, me encontré en un momento de explosión creativa y al final fueron siete los temas que llevé al estudio. Conforme iban naciendo se los iba mandando a mi productor, Pablo Martínez, poco a poco nos fuimos dando cuenta de que los temas tenían potencial para introducirles más instrumentación. Fue así, casi sin querer, como nació todo este proyecto. Por ahora el funcionamiento en solitario, más que difícil es diferente, ahora estoy presentándolo en formato acústico y me tengo que acostumbrar a estar yo sola en el escenario. Lo más difícil ha sido superar miedos, complejos y algunas dificultades imprevistas; pero voy logrando dejar los aspectos negativos vencidos y machacados en el pasado.
– Sin duda alguna, uno de los puntos fuertes de este primer trabajo es la producción global del álbum junto a un esfuerzo considerable en el apartado de la composición, aunando técnica, composición y pasión ¿Cuánto tiempo te ha llevado el elaborar los temas y cómo ha discurrido la grabación?
La verdad es que el proceso compositivo de los temas fue bastante rápido, a partir de esas dos primeras canciones todo fue creciendo de una forma vertiginosa, me sentía en un momento muy productivo; por supuesto me pilló trabajando. En total, contando desde la composición del primer tema hasta el término de la grabación fueron unos cinco meses; casi me da hasta un poco de reparo reconocer que todo se fraguó tan rápido, pero es la verdad. En este aspecto también tengo que darle las gracias a Pablo Martínez (Ovni Estudio) porque supo leerme en mis composiciones a la perfección y fue el culpable de juntar al equipo de músicos que me acompañaron en la grabación: Adri López “Cherif” a la batería, Borja Vázquez al bajo, Guille “Mara” Rubio del Arco a la guitarra y Miguel Herrero al órgano Hammond. Todo fluyó muy bien con ellos y supieron aportar su arte a este trabajo.
– Tu talento a la voz encuentra las más variadas vías de expresión para manifestarse en toda su plenitud, recorriendo en ocasiones caminos muy cercanos a Amaral y ofreciendo al oyente música reconfortante y atemporal. Un viaje para saborear los detalles, los cuidadosos arreglos, los destellos vocales y la exquisita instrumentación. ¿El planteamiento inicial era el de intentar elaborar un disco tan realista, sincero y humano, con una frescura renovada y una gran pulcritud en constante crecimiento para huir de ciertos simplismos ya escuchados?
La idea era crear un disco sincero y que fuese a la vez sencillo. La verdad es que soy así, no sé esconder nada, los que me conocen bien lo saben y sé que en este disco se me descubre fácilmente. Las melodías son las que a mí me surgieron de forma natural en ese momento de mi vida. Me gusta saber que te evocan tales adjetivos. La idea no era huir de esquemas ya elaborados, la idea surgió así, se aleja de otro tipo de composiciones y eso me llevó a convertirlas en el punto de inflexión para decidir el modo de publicarlas.
– Las letras de las canciones son muy abiertas, llenas de buenos engarces de palabras y muy propicias para que cada cual las adapte a su propia vida. Hablan de las falsas esperanzas, la lucha por salir adelante, el derecho a ser diferente, pensar por uno mismo y ser aceptado en tu diferencia…. ¿Podemos concebirlas como un transmisor de una cierta espiritualidad ante la vida?
No lo había pensado de ese modo, aunque sí es cierto que puede que transmitan mi espiritualidad ante la vida. Aparecen temas muy concretos que forman parte de mi vida, de mi cotidianidad y que son susceptibles de conformar mi parte espiritual. “Quiero Ser Agua” expresa mi forma de buscar el equilibrio en la vida, tal vez a otras personas también les sirva.
– Con cada canción has buscado una manera distinta de expresar tus sentimientos, adornadas de ciertas tesituras y líneas de guitarra y rítmica bien empastadas. Un estilo de lo más íntimo y personal. A la hora de componer, ¿qué pasos sigues para alcanzar esa plenitud? ¿Primero la melodía y posteriormente los textos ó viceversa?
Todas las canciones de este disco las he compuesto completamente a partir de una rueda de acordes de guitarra que me evocaban musicalidad, de los cuales nacía de forma natural una melodía de voz y, finalmente, ajustada a esa melodía, una letra que las acaba de definir. En algunas el proceso fue más fluido y otras me costó darles alguna vuelta más para encontrar su camino.
– “Perdiendo La Gravedad” ha sido la primera canción de cara a su promoción. El agua es el principal componente de todas las formas de vida conocidas, ¿tiene algún significado especial para ti?
Es un elemento en el que me siento a gusto; me puedo dejar llevar en ella y siempre es un momento de relax cuando el agua y el cuerpo entran en contacto en la ducha, en el mar, al beberla… y también me transporta a momentos de juego, risas… Aunque soy consciente de que estoy mirando su cara amable.
– En «Somos Todas» das rienda suelta a tu vena vena libertaria y justiciera, reivindicando un cambio de mentalidad en la sociedad, el tratar a las personas de manera justa, fomentando la igualdad efectiva de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres y condenando la violencia contra la mujer. ¿Crees que a día de hoy la sociedad está paralizada en valores?
No creo que esté paralizada en valores, creo que arrastramos un lastre muy pesado de cuarenta años de oscuridad de una dictadura ideológica, cultural, moral, educativa y, por supuesto, violenta; años en los que en este país se tenía que evolucionar culturalmente al margen de la censura y eso siempre perjudica de forma inmediata y afecta muchos años después. Creo que, a pesar de que hace mucho tiempo de esto, todavía no hemos sido conscientes hasta hace muy poco de las pequeñas cosas cotidianas que acaban marcando una manera de actuar y de pensar, que no hacen otra cosa que prolongar y perpetuar esa serie de valores de rancio abolengo. Últimamente salimos a la calle para exigir cambios, hacemos patente esa necesidad y hablamos de toda esas costumbres que apartan a diferentes colectivos sociales de lo que desde ese punto de vista es normal, que los apartan de los derechos que todos tenemos. Creo que parados no estamos, la sociedad está despertando, aunque poco a poco a mi parecer. Ahora solo espero que no perdamos esta línea empática, esa que tanto necesitamos para vernos, a todas las personas, como iguales.
– Hay músicos que con el tiempo dejan de denunciar injusticias en sus letras al acabar pensando que no llevan a ningún sitio ¿Qué piensas de ello?
La música es un canal idóneo para transmitir ideas, no solo historias. La música tiene mucha fuerza de transmisión y creo que no deberíamos dejar de emplearlo como grito de guerra, de auxilio o de crítica. Desde mi punto de vista es uno de sus papeles principales. También lo es conmover o emocionar, por supuesto, pero creo que todo es compatible. Supongo que es más fácil hacerlo en momentos de crisis social en la que las personas están más perceptivas a escuchar lo que ellas mismas están pensando pero, creo que nunca debemos dejar de ser críticas, pues no creo que lleguemos nunca a alcanzar la perfección, siempre vamos a tener algo que mejorar, sobre todo la clase trabajadora siempre va a tener que luchar para que las mejoras, los avances y la calidad de vida a la que todos aspiramos sea accesible para todos; siempre va a haber un colectivo que sea infravalorado o poco considerado… el ser humano es así de defectuoso, el efecto que causa el poder nos hace así de imperfectos; pero no por eso debemos rendirnos, tenemos que luchar para intentar ser mejores porque si no… ¿qué nos queda?
– Dicen que la creatividad florece en tiempos de crisis. ¿Qué bandas te han sorprendido últimamente?
Más que sorprenderme bandas así en concreto, me he sorprendido escuchando letras de bandas del entorno indie y descubriendo que, en muchas ocasiones se acercan más a los mensajes del punk que las letras que estaba escuchando de los grupos del entorno más rockero. Eso sí me ha sorprendido.
– ¿Qué diferencias hay entre la etapa pasada con Insolenzia y la actual en solitario? ¿Te preocupa la opinión del público?
Las diferencias creo que se ven en la primera escucha, no creo que los temas de “Quiero Ser Agua” se parezcan en absoluto a lo que podamos hacer Insolenzia. La mayor diferencia entre ambos proyectos es que Insolenzia es grupal y nosotros siempre hemos abogado por hacer composiciones en las que todos participásemos y, de esta manera de trabajar, las canciones acaban siendo fruto de esa parte que tenemos en común entre los seis; se vería clarísimo en un diagrama de Venn. Al hacer un proyecto en el que la idea principal sale de mí y el punto final lo pongo yo, esa parte que tengo en común con mis compañeros de Insolenzia se ve reducida al mínimo. La verdad es que no tengo miedo de la opinión del público, sé que habrá personas que les gusta Insolenzia y que no les guste mi proyecto, eso es normal; cuando haces un disco sabes que vas a tener opiniones para todos los gustos.
– ¿Cómo valoras el gancho que ejercen las redes sociales en el panorama de promoción musical?
Las redes sociales son un arma de doble filo porque son poderosas a priori, ya que brindan la posibilidad de transmitir tus proyectos a nivel mundial pero; la otra cara de la moneda es que, a la vez, estás compitiendo del mismo modo con todo el mundo. Al final acaba moviéndose prácticamente igual que antes y acaba siendo muy poderosa la publicidad también en estas vías. Aunque siempre queda la posibilidad de que te hagas viral con la cosa más absurda que hagas en tu vida.
– ¿Cómo van ser las presentaciones del disco en directo?
Actualmente estoy haciendo presentaciones en acústico y mostrando los temas casi como nacieron en un espectáculo muy íntimo en el que estoy yo sola en el escenario. La idea es seguir promocionando y montar banda para llevar los temas al escenario como están grabados, estoy trabajando en esta línea.
– Una anécdota divertida que quieras compartir con nuestros lectores…
Salir de viaje con el equipo de Alternativa Management siempre es una aventura divertidísima, por lo menos así lo vivo yo. Siempre acabamos haciendo bastante el payaso, sobre todo Jorge Otín que lo lleva dentro y nos lo hace sacar a las personas que estamos a su alrededor; en esta gira hemos acabado siendo expertos en el Ministerio de los Andares Raros, políglotas experimentados o creadores de melodías aburdas, llamamos la atención con nuestras tonterías allá donde vamos. Nosotros nos lo pasamos muy bien, pero entiendo que vistos desde fuera parezcamos unos payasos, lo raro es que no nos haya salido todavía ningún contrato.