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Se ha hecho esperar el segundo trabajo de los tolosarras Basati “Gaitz Ilunen Ordua”, pero la espera ha merecido la pena, el resultado es asombroso, mostrándose la banda musicalmente muy asentada y consolidada, dejando mayor recorrido a las instrumentaciones, introduciendo detalles que enriquecen de gran manera la escucha. Un fluir de técnica y calidad sorprendente, amplitud en cambios de ritmo, guitarras que destilan siempre una gran limpieza y melodías vocales que desembocan en memorables estribillos.

Hace bien poco habéis publicado vuestro segundo disco “Gaitz Ilunen Ordua”, un trabajo mucho más detallista, repleto de técnica y pasión, donde habéis estirado todo lo posible vuestras posibilidades musicales, mostrado una madurez sorprendente con un porcentaje preciso de potencia, calidad sonora y composición elaborada, excelentes destellos de calidad instrumental y pulidas melodías vocales, dejando reflejada toda la esencia buscada. ¿Cómo se ha desarrollado todo el proceso creativo? ¿En qué sentido creéis que habéis avanzando con respecto a vuestro primer trabajo?

Esta vez nos lo hemos tomado con mas calma. Hemos dedicado más tiempo en todos los aspectos de la composición. Llegamos a hacer 22 bocetos de temas bastante desarrollados, de cuales al final seleccionamos las 12 que más nos gustaban y las que creíamos que encajaban mejor en el álbum. El primer disco, en comparación, no le dedicamos tanto al desarrollo de los temas.

Las primeras impresiones siempre son las que valen y escuchando este segundo trabajo he percibido una gran confianza absoluta en vuestras habilidades musicales, albergando un montón de detalles que se van revelando con cada escucha. Canciones repletas de detalles técnicos y arreglos excepcionales, dando una sensación de que a la hora de componer dejáis fluir libremente vuestros sentimientos, sin expectativas ni presiones, aportando siempre un soplo de aire fresco. ¿Hasta qué punto os habéis involucrado todos en las labores de composición del álbum? ¿Qué sentimientos habéis buscado transmitir a través de él? 

Por lo general, la base instrumental inicial la ha aportado Axipu, el guitarrista. Luego, en base eso, hemos moldeado las partes y pensado las melodías de voz. Luego, sobre todo Sama y Axipu se han centrado en las letras, aunque en este aspecto hay aportaciones de cada uno de nosotros. Todo esto lo hacíamos en acústico, y cuando ya teníamos la idea bastante avanzada, ya pasábamos al local de ensayo y las “metalizábamos”, y sacábamos todos los arreglos. Hemos dejado que las instrumentales nos guiaran en cuanto a la temática de cada canción, entonces, realmente no teníamos nada pensado en cuanto a lo que queríamos transmitir. Hay algunos temas más oscuros, y otros más esperanzadores, y las letras van de la mano con esos sentimientos.

Habéis profundizado en precisión y versatilidad rítmica, dejando un mayor recorrido a las instrumentaciones y no renunciando a introducir elementos que engrandezcan el sonido. ¿Qué particularidades tiene este disco en lo musical? 

Como hemos dicho anteriormente, ha sido Axipu el que más se ha encargado de la parte instrumental. Teníamos bastante claro que queríamos hacer un disco más Heavy y más oscuro, y general variado, para evolucionar en ese aspecto en cuanto al primer disco. Hay temas más rápidos y más lentos; más largos y más cortos; hay de todo. Se nota la evolución en la composición de los temas, y también se nota la evolución de cada integrante de la banda, que se ve reflejado en el resultado de este segundo álbum. En cuanto al sonido, teníamos algunas cosas claras, pero nos hemos dejado guiar más por las manos expertas de Chromaticity Studios.

¿Qué es lo que habéis ganado como banda tras la experiencia acumulada? ¿De qué forma se refleja la misma en este trabajo? 

El primer disco era el primer proyecto música para todos nosotros, nadie había hecho nada relacionado. La composición de ese primer disco, y los conciertos que dimos gracias a él, nos han servido como experiencia para evolucionar hacia este segundo álbum, teniendo más claro el camino a seguir, y corrigiendo todos lo que no nos convenció del anterior trabajo.


La producción de este álbum es consistente y solida, mostrando unos elementos muy brillantes que van mucho más allá del sonido de antaño, unas guitarras que no dejan de ofrecer destellos de distinción junto a unas bases rítmicas que no caen en ningún momento en algo preconcebido, acicaladas con un toque distinto y ofreciendo diferentes alicientes, enriqueciendo las composiciones con determinados arreglos para que la parte musical se complemente a la perfección con los textos y permitir exteriorizar todos los sentimientos vertidas en ellas. ¿Cómo discurrió la grabación en los Chromaticity Studios bajo la supervisión de Pedro J. Monge (Vhäldemar)? 

Buscábamos un estudio especializado en el género, y tras tantear varios estudios, nos decantamos por Chromaticity Studios. Desde el primer momento nos sentimos muy cómodos, y aunque grabar un disco nunca es fácil y siempre hay nervios, tienen experiencia de sobra y saben como hacer las cosas. Nos quedamos muy contentos con el resultado final.

¿Teníais las ideas claras de antemano en cuanto al sonido o las composiciones han sufrido cambios respecto a cómo eran antes de grabar? 

En general, sí. Todos los temas los llevábamos bastante trabajados, por lo que las bases no han sufrido grandes cambios. Siempre hay detalles, melodías, letras… pequeñas cosas que se cambian al momento en el estudio, siempre surgen nuevas ideas. La excepción fue “Sufrimenduzko Lurretan”. Habíamos probado mil cosas en el local, pero ninguna nos acababa de convencer. Allí en el estudio le dimos una vuelta con Aitor, el técnico, y así salió la versión que va en el disco.

Supongo que cada uno de vosotros tendréis vuestras propias influencias. ¿Hay alguna banda clave que os haya marcado el camino a seguir?

A todos nos gusta más o menos el mismo estilo de música. Evidentemente, cada uno tiene sus bandas preferidas: Malmsteen, Queensryche, Stratovarius, Helloween, Judas Priest, Su Ta Gar, Latzen… Todos ellos habrán contribuido en nuestro porvenir musical.

El primer single de este disco ha sido “Zure Zigorra”, un tema con unos estribillos intensos y una base musical que busca un sonido unificado en fuerza y melodía. ¿Por algún motivo especial? 

Queríamos empezar el disco con un tema potente y directo, y esa era la mejor elección. También fue una de las primeras que preparamos para este segundo trabajo.

“Zure Zigorra”, “Etorkizun Iluna” “Azken Egunean”, “Infernura” son buenos ejemplos de la importancia que tienen para vosotros estribillos que entren a la primera y puedan ser coreados en vuestros directos. ¿Es uno de vuestros fuertes? 

Puede ser. No ha sido nada buscado, pero al final los temas han salido así. Al final, si los temas consiguen conectar con el público, es algo muy bonito y todos disfrutamos de ello en los directos.

Escuchando el disco se nota mucho dinamismo. Los temas no siguen una línea continuista y hay mucha diferencia entre unos y otros. Incluso hay cabida para dos medios tiempos como “Aske Izateko Desira” y “Sufrimenduzko Lurretan”. ¿En que tesituras os sentís mucho más cómodos?

Al haber cambiado bastante de estilo respecto al primer disco, al principio nos costo comenzar con los nuevos temas. En especial, con los medios tiempos y las canciones lentas. Nunca habíamos hecho nada tan lento como “Galdurik” o “Zoramena”, y fueron en cierto aspecto un reto para nosotros.

Habéis cuidado mucho tanto las formas como el contenido musical del mismo. El diseño es espectacular y la portada logra atrapar inmediatamente por su colores. ¿Quién ha hecho el Artwork?¿De qué manera están los conceptos implícitos en la misma? ¿Sois partidarios de que es tan importante el fondo como las formas? 

La portada, al igual que en el primer disco, ha corrido a cargo de Bernardo Riveira. El proceso ha sido parecido a la portada del anterior disco: Nosotros le dimos una idea, y a partir del intercambio de ideas y bocetos, salió el resultado final. Como en este disco había bastantes temas oscuros, queríamos que eso se viese reflejado en la portada. Cogimos como referencia la letra de la canción “Ager zaitez”, de ahí el templo en medio de la nada, y el ritual. Los colores también reflejan este sentimiento. El nombre del disco también lo sacamos de una línea del mismo tema. Absolutamente, una buena portada siempre es un buen incentivo para adentrarte en un álbum.  


Una de las cosas que me ha impresionado mucho que os habéis atrevido a adaptar el archiconocido tema de Hemendik At “Orain”. ¿Cuál ha sido la razón de escoger este tema y no otro mucho más acorde a vuestro estilo?

Esto salió en un ensayo mientras estábamos desvariando. Al final con la coña vimos que podía tener potencial, y que encajaba con el futuro estilo de la banda. De esto hace mucho tiempo, pero decidimos no mostrarlo al público hasta que estuviera preparado.

Actualmente hay muchos grupos que saturan sus trabajos con exceso de producción de forma que oculta o disfraza la falta de creatividad ¿Qué opináis al respecto? 

Nosotros hacemos lo nuestro, y cada uno que haga lo que quiera. Está claro que una buena producción engrandece las canciones, pero un exceso de producción nunca es bueno. Esto va por gustos, pero nosotros que una canción se debe poder defender en directo. Siempre metes voces, guitarras, efectos de más en el estudio, pero nunca pueden ser el fundamento de la canción. Además nosotros no utilizamos pistas en directo, por lo que nuestra propuesta es sincera, y desde el corazón.

¿Cómo veis la escena que se ha ido desarrollando en estos últimos años? 

Bastante sana, hay bandas nuevas, y muchas clásicas que están volviendo. Es verdad que la gente ahora va menos a los conciertos pequeños, mientras que los macro eventos siempre son sold out. Para bandas como nosotros, esto complica nuestras opciones de crecer y enseñar a la gente lo que hacemos.

¿Creéis que la música en vivo pasa por un buen momento, en el sentido de que la nuevas generaciones no están a la altura de tiempos pasados en predisposición de descubrir nuevas bandas y apoyar la música en vivo? 

La gente ya no investiga por su cuenta. Simplemente se queda con lo que le ponen en los medios, y es feliz. Además, ahora con las redes sociales, si no enganchas en 5 segundos, la gente ya hace scroll. Además, somos fieles defensores del formato de álbum, al que hay que dedicarle su tiempo de escucha y análisis. Eso es imposible para un digital adicto.

¿Cómo está funcionado el disco hasta ahora a nivel de crítica y aceptación?

En general las críticas son buenas. La gente nos felicita, les gustan los temas y ven la evolución de la banda respecto al primer disco.

¿Cuáles son vuestros planes de cara al futuro más o menos próximo? 

De momento seguiremos presentando el disco en las fechas que ya tenemos anunciadas. Seguimos cerrando nuevas fechas, e intentaremos exprimir al máximo es nuevo trabajo. Además disfrutamos mucho tocando los nuevos temas en directo, y viendo que a la gente le gustan. De momento no nos hemos parado a pensar más a futuro.

¿Qué le diríais al público para que se decante por vuestro disco en particular y acuda a vuestros conciertos?

Les diríamos que reserven 50 minutos de su tiempo, y que le den una oportunidad a este trabajo que hemos publicado, con mucho amor y cariño. Les prometemos, que merecerá la pena.

¿Creéis que todavía a día de hoy sigue siendo necesario reivindicar el heavy metal euskaldun? 

Por supuesto. Ahora hay muchas bandas vascas nuevas que deciden cantar en otro idioma, y ya somos cada vez menos los que optamos por el euskera en este género. Quizá hay gente que piensa que el euskera es una barrera, y en parte tienen razón, pero también el público es cada vez más abierto en ese sentido. Nosotros mismos hemos tocado en Burgos, Mérida, Santander… y siempre nos han tratado muy bien. Al final lo importante es la música, y transmitir.

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