Hay estilos musicales en los que resulta muy complicado para una formación abrirse camino y darse a conocer con ciertas garantías, debido tanto a la tanta saturación existente como el escaso apoyo por parte del público a las nuevas propuestas musicales. Los asturianos As Life Burns no se rinden en su afán de superación y la ilusión de poder llegar bien lejos, sabiendo sacar mucho rédito a cambios de ritmo trepidantes e imprevisibles y unos destellos técnicos muy valorables, moviéndose con una soltura asombrosa en un género de fusión musical como es el metalcore, con un gran nivel de calidad y una personalidad que cohesiona todo.

La formación en vivo suena como un cañón, con breakdowns demoledores y una capacidades y condiciones para una apertura sonora muy interesante, basada siempre en retazos de modernidad en el sonido, tal como dejaron constancia en la primera edición del Irrintzi Fest, mostrándose en un gran estado de forma, un buen despliegue técnico marcado por constantes cambios de ritmo y variedad, alternando con criterio los puntos justos de melodía y agresividad, aflorando de un modo natural su ingenio en impacto como capacidad de evolución.

Un buen equilibrio entre muchos elementos, enganche de principio a fin a través de rompedores ritmos e intensidades descontroladas para el deleite de los amantes de la brutalidad, sin renuciar a ciertos elementos de libertad sonora, sacando mucho partido a su explosivo sonido, unas cualidades que siguen completamente presentes a pesar de la notable progresión y evolución como banda; disparando la adrenalina en la ejecución de temas como: “The Prophecy”, “Again This Brightness”, “The World Of Evil”, “Until The Clean Mind Breaks” y “We Are Animals”, algo vivo y en constante movimiento, con toques tan distintivos y convincentes. Todo un alarde de recursos para facturar un metalcore muy definido, un estilo puro hasta el límite.