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A lo largo de las décadas se ha ido constatándose de que el rock es mucho más que un género musical, un sentimiento que traspasa fronteras, una actitud que denota fidelidad a sí mismo, un espíritu de rebeldía, pasión, sacrifico y lucha. Los cántabros Duro pertenecen a esa selecta y ejemplar escena rock nacional underground, un grupo que se gana a pulso cada uno de sus nuevos seguidores y que mantiene una fidelidad total a sus ideas, buscando su propia fórmula, sin sucumbir ante lo que otros piensen o digan, fieles al rock anglosajón, explotando su libertad creativa para encontrar variedad e ir acumulando unos rasgos originales.

Los congregados en el Soul of Koffee & Craft Beer “Abisinia” (Gasteiz) se llevaron una gran sorpresa por su indiscutible solvencia musical y estupenda versatilidad de pasar por diferentes contrastes de intensidades, con un deje melódico en las voces muy accesible, alternando de una manera muy vivaz un sonido orgánico y salvaje a través de una impecable cohesión rítmica, dando una expresividad tremenda a temas como “Reaprender”, “Pregúntale y Verás”, “Querida Humanidad”, “La Era de la Quema”, “Sentirse Bien” y “Vagabundo”, manteniendo la fuerza rockera en la instrumentación y en esa voz que se expone en todo momento, sin dejarse ni un ápice de sentimiento en sus mensajes, demostrando que cuando hay calidad no hace falta demasiado artificio de estudio.

Rayaron a la perfección en cuanto a intensidad y transmisión, subiendo enteros en un continuo ir y venir de emociones, letras impregnadas de cierto cariz metafórico y reflexivo, metiendo mucha fuerza a los ritmos en “Grita” y “La Caja Tonta”, jugando con extraordinarios cambios de tesitura en “Reset”, “Normal” y “Tu Bombón”, y exhibiendo alto grado de madurez musical en su reciente nueva composición “Creo que todo es Mentira”, con una base rítmica in crescendo para crear una envoltura reivindicativa bajo un estilo tan propio como libre.

La banda mantuvo siempre una cohesión en terrenos completamente dispares, transmitiendo una esencia de estilo consolidado y buscando crear un aura acogedora, con esa chispa de genialidad a la hora de incorporar matices atmosféricos e hipnóticos para descolocar de primeras en “Mendigando Conexión”, un alegato a dejar el móvil en casa una mañana y volver a sentir lo que realmente es real, recuperando dos temas de su disco “Codicia”, “La Arrancadera”, invitando a los asistentes a levantar la copa y sumarse a la fiesta rockera; y a vencer a los miedos en “Necesidad”, estallando en ramalazos furiosos a nivel sentimental y sonoro en “Camino”, para volver a interpretar nuevamente “Grita” como fin de fiesta.

En conclusión muy destacable el cuidado y mimo en el tratamiento musical de cada una de sus canciones, evitando grandes complejidades, controlando los matices que quiere dar a cada una de ellas, con un estilo muy definido, pero con eclecticismo a la hora de absorber influencias, transmitiendo una sensación de alta honestidad y credibilidad, dejándose llevar por las emociones que pretenden transmitir desde muy adentro.

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