La mejor manera de fomentar la inspiración musical es buscar nuevos horizontes musicales, no tener ningún tipo de prejuicio a la hora de mezclar diferentes tipos de música y contar con absoluta libertad y armonía a la hora de componer, dándole un enfoque diferente a cada nuevo trabajo en función de la propia evolución musical y personal. Tras una larga trayectoria los zarauztarras Eraso! han vuelto a despertar su creatividad para poner el broche final a su aventura musical, experimentando por última vez con sus emociones, para el deleite de los oídos más atentos y exquisitos en «Azken Batean», ofreciendo múltiples ambientes con grandes transiciones y desarrollos instrumentales atípicos en contundencia, exquisita instrumentación, la cual pisa con mayor seguridad, destacando la cantidad de matices que fluyen desde las guitarras; y transmitiendo fuerza en el sentimiento con el que se plasman todas las emociones, tesituras diferentes a las de su natural esencia, de naturaleza stoner en ocasiones, todos ellas con una cohesión detallista y versátil bajo un espíritu no adscrito a normas.
Salieron a hacer lo que tan bien se les da en la nueva edición del Boga Boga Metal Fest, ofrecer rock metal de alto octanaje, sin alardear de complejidades técnicas, explotando su libertad creativa con el deseo de que sus canciones llegasen a transmitir algo en los espectadores, sabiendo manejar muy bien los cambios de intensidades y una fuerza emocional que fue en aumento a medida que el público se involucró y fue dejando muestras de disfrutar y dejarse llevar por la vitalidad imprimida en los ritmos y la expresividad vocal de su vocalista Sergio Ruiz en «Azalarazten», «Mutu Bezain Gor Hago», «Aurrera», «Zinismoaren Garaipena» y «Erantzunik Gabe», con la raíz más cruda y pura, en continua ebullición, directos y cargados de energía, recordándonos sus tiempos dorados cuando estaban en los más alto del metal vasco y tuvieron la fortuna de telonear a Machine Head, Korn y Slayer.
La actuación se pudo quedar algo corta, apenas 50 minutos, debido al horario de finalización del festival, pero que dejo de manifiesto las diferentes caras que la banda ha ido adoptando en su evolución musical, un trato instrumental digno de alabanza y mucha creatividad en cuanto a matices y ambientes de crudeza o sensibilidad, optando por un repertorio contundente, con sus temas más representativos, dejando de lado su último trabajo, solamente interpretando dos canciones del mismo, «Ilun Hotz Heze» y «Oroitzapenak», con un juego vocal igualmente muy llamativo, pasando posteriormente a un tramo final efervescente, «Gertaerak», «Zein Gogorra» y «Aldeginda», con una destreza tremenda, partiendo de las bases del metal noventero y acercándose a sonoridades más alternativas, la voz aderezando el sentimiento e intensificándose en los estribillos, con un mayor crecimiento en todos los aspectos.