sábado, 5 octubre, 2024
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Las capacidades innatas siempre juegan un papel importante a la hora de sorprender e impresionar a cualquier persona, sin embargo, una buena actitud puede constituirse como un valor seguro para diferenciarse de los demás y alcanzar un alto grado de autenticidad en una escena plagada de clones. Los riojanos Tobogán van marcando terreno con un estilo característico y una buena dosis de valentía, creyendo en sus posibilidades, con imaginación y una inquietud artística asociada al rock, una descarga de adrenalina y fuerza salvaje en actitud, y una firmeza que les hace aún más convincentes. Una formación que deja una sensación de estar escuchando por fin algo distinto entre tantas formaciones de calidad, pero carentes de estilo propio, sacrificio y convicción.

Sin grandes alardes de virtuosismo, pero con gran técnica y capacidad extraordinaria para permutar ritmos, consiguieron conmocionar y sobresaltar a los asistentes congregados en La Nave 9 (Bilbao), un espacio para disfrutar del mejor rock and roll. Turbulencias vocales en un mano a mano explosivo, con un sonido directo, de rítmica potente y una capacidad de transmisión que adquiere dimensiones superiores con el transcurso de los minutos. Espectacular el despliegue de salvajismo por parte de su vocalista Daniel Pérez, atreviéndose incluso a subir encima de la barra para hacer de las suyas y teniendo el detalle de regalar varios CDS a quienes se supieran continuar con la letra de la canción propuesta para tal obsequio.

Un grupo que muestra desde el inicio sus brillantes argumentos, acción e inquietud, pulsaciones vibrantes y alternancia de compases gracias a frecuentes cambios de ritmo y una voz que irradia rebeldía sin forzar el tono, estribillos que no fallan, con una lírica inteligente y mordaz. Un sonido completamente orgánico y fluido, profundizando en un manual creativo que evita siempre la monotonía, ritmos más primarios y reconocibles en «Vuelve A Llamarnos», «Placer», «Apuesta Contra Todos» y «Cansados» , reflejando cotidianeidad y realidad social en unos textos de identidad juvenil.

No faltaron sus últimos singles «Nadie Contesta», «Vimos Arder El Mundo» y «Barato», potenciando la química y el dinamismo, con un alto trasfondo musical en loables intenciones y frescura en matices, una precisión y soltura equiparables al de formaciones de primera línea. Estirando posteriormente los recursos y elevando las pulsaciones con ritmos contundentes de incontestable pegada y una predisposición con mayor mordiente en «Lealtad», «Dejame En Paz», «Medigando Costumbre», «Mama Tiene Una Pistola», «Alta Fidelidad» y «Balas De Plata», mostrando tesón y experiencia en sus estructuras, movidos por el entusiasmo de transmitir garra, actitud y energía, equilibrando todo con sumo acierto, canciones cargadas de sensaciones y que atienden a los postulados más tradicionales. ¡Frescos, directos y originales!