Es la pasión la que forja los grandes sueños. La cantautora y poeta Carmelita Dinamita sigue poniendo todo su corazón y rebeldía en todos los proyectos autogestionados en los que se aventura, con altas muestras de talento y arte, y letras cargadas de intención y sentimiento, expresándose con la misma naturalidad de la vida misma. Composiciones literarias y musicales creadas con muchísimo sentido, transmitiendo fuerza en el sentimiento, más allá de reivindicaciones, con una actitud honesta, capaz de remover conciencias, expresada con coherencia y sinceridad, siendo en su conjunto una muy buena y convincente exposición de ideas. Hemos podido charlar con ella y comprobar que es una persona que lucha por sus sueños, de espíritu desafiante y desobediente, pero con una honradez que denota valentía y sacrificio.
Para empezar me gustaría saber cómo te nació esa pasión por la poesía y la música. ¿Se podría concebir este entusiasmo vital de cantautora subversiva como un modo de expresar asertivamente tus sentimientos y sacarlos de dentro de ti?
Sí. Siempre me ha gustado la literatura, en especial la poesía, y ésta última es muy compaginable con los estilos musicales que me gustan: en especial el rock, el punk, el metal… y esos géneros han sido muy proclives en cuanto a la mezcla con diversas formas literarias: se han hecho grandes combinaciones de poesía con rock, el metal bebe también mucho de formas como la épica o el romanticismo europeo… Yo me he criado con obras como el Extrechinato y tú, (la colaboración de Extremoduro, Platero y Manolillo), como la “Rhyme of ancient Mariner” (Iron Maiden), con Manolo Kabezabolo, y un largo etc. Mi faceta de cantautora subversiva en la que expreso como me siento, me quejo de cómo está el mundo, o trato de hacer que la gente reflexione y piense, o se rebele contra lo que nos oprime, encaja muy bien en esos formatos de hacer música rabiosa, que exprese de forma lírica.
Llama la atención que todo lo que has compuesto hasta la fecha tiene una esencia rebelde y de inconformismo con aquello que te rodea, punk rock a la vieja usanza, sin trampa ni cartón, atacando al sistema de valores actual que nos condiciona y nos adoctrina, a todo aquello que nos manipula, animando a poner resistencia frente al capitalismo y al poder establecido. Unas melodías envueltas bajo un manto personal con una actitud retadora y un contenido cargado de poesía callejera y reivindicativa, alternado guitarrazos eléctricos desgarradores con matices diversos rozando en ocasiones el rock y el blues. ¿Cómo definirías tu estilo? ¿Qué bandas te van marcado el camino a seguir siempre desde la autogestión?
Jeje, bueno, gracias por tus palabras hacia mi arte, y por la forma en la que lo has definido, creo que has expresado perfectamente cómo me siento y lo dirijo. Mi estilo es tal cual: protestatario y desafiante, tanto con las letras y el formato, como por la forma autogestionada de hacerlo rodar. Las letras son protesta al máximo y expresión directa, y en cuanto al formato, pretendo que sea un reto en el sentido de, por un lado, que sea una persona sola haciendo rock-punk, cantando y tocando guitarra y bastándose sólo con sus ritmos y loops a los pies, haciendo estilos asociados al formato tradicional de guitarra-bajo-batería en una banda, me parece un formato desafiante. Desafiante hacia el público, que le invitas a que conciba al artista y al concierto de punk o de rock, de forma diferente, y también desafiante hacia mí misma, que tengo que llevar prácticamente todo el peso musical, carga escénica, y trabajo sobre, y detrás del escenario, yo sola. Eso también ha sido un reto, jaja. Sobre la autogestión, me han influido bandas como The Crass, Sin Dios, o cómo se autogestionan los espacios “punk”, y el sentimiento de que estamos cansadas de que las empresas y el capitalismo meta las narices en todo, y quieran manejar todos los tinglados, que no vamos a esperar a “que nos elijan, o que nos voten o den aprobación”, o qué nos digan qué tenemos que hacer, con tal de “tocar música”. Que lo vamos a hacer ahora, porque nosotros lo valemos, y sabemos cómo hacerlo. La autogestión es una rebeldía ante la forma de hacer muchas cosas que no nos gustan, de no pasar por esos aros, y nos empodera en el sentido de que nos hacemos fuertes manejando nosotros mismos, nuestras propias creaciones.
¿Cuáles son los elementos más importantes para ti a la hora de crear una canción?
Me centro en qué quiero decir o expresar, que suene poderoso, y a menudo que tenga “formatos raros” y mezcle estilos es lo que más me atrae. Que haya un cambio de repente para entrar a un recitado, que en general, sean canciones rápidas o contundentes, porque mis sentimientos suelen ser intensos, y los problemas del mundo, grandes, y que me sienta totalmente libre de que puedo decir lo que quiera y que nada me coarte, cuando creo una canción quiero que suene potente, con fuerza, y sentirme libre de que estoy gritando lo que quiero decir.
Por el momento has publicado dos álbumes “Macarradas y Baladas” (libro + disco) como “De-lírica, de sal y asfalto” y un single “Tú Conduces”. Hablamos un poco de cada uno de ellos y supongo que habrá aspectos que has ido mejorando con la experiencia, cuéntanos un poco la valoración que haces de tu trayectoria como cantautora.
Lo que más destaco es que el formato de libro + disco es algo en lo que me quiero mantener, porque me gusta mucho, y veo que ha funcionado muy bien, sacar una creación literaria y luego una obra musical que ponga sonido a todo ese discurrir de versos. Así que muy contenta, y lo próximo que saque, ya adelanto, que seguramente sea, otro libro + álbum musical, no sé si diversificado también hacia el fanzine o similar, pero en la misma línea de “literatura + música”. En cuanto a cada una de las obras, con «Macarradas y Baladas», fue un experimento de decir “me quiero atrever a hacer las cosas que siempre he querido”, sin estar muy preparada artísticamente, yo que, pese a haber tocado instrumentos toda mi vida a lo “amateur”, jamás me había subido a un escenario, ni tenido a nadie muy cerca, que se dedicase a esto. Así que fue un atrevimiento total, de decir, venga, esto quizás no vaya a ninguna parte, pero lo voy a hacer. Y en qué buena hora, porque, aunque musicalmente, Macarradas es un álbum sobrio, y con más poesía, que rock; creo que fue una apuesta simple y directa que me dio a conocer al público, y a mi me dio la fuerza y el éxito que necesitaba para decir “venga, ya el siguiente, puro rock y punk, como siempre he querido”. Y así fue, como recité y toqué mil bolos en como sólo dos años, jaja en poco tiempo evolucioné mucho musicalmente y así llegué a De-Lírica, de sal y asfalto, un álbum que he tocado y tocado hasta la saciedad y no me canso, porque con él llegué musicalmente, a donde quería. Y más aún lo estuve cuando pude lanzar “Tú Conduces”, un tema con el que creo que me he consumado musicalmente en cuanto al sonido que quiero y que creo que me representa, y que al público le ha encantado.
¿Eres de las que piensas que el punk-rock es el mejor estilo para poderse expresar plenamente a nivel artístico?
Sí, totalmente, es un género, y si es punk auténtico, una actitud
Supongo que el planteamiento correcto es disfrutar del viaje más que plantearse un objetivo. ¿Qué lecciones has aprendido a lo largo de todos estos años inmersos en el mundo de la música? ¿Puede uno conservar su integridad cuando el mundo de la música sólo funciona por y para el dinero?
Puff, pues tengo mil de aprendizaje anécdotas jeje. He aprendido muchísimo, que resumiré en que he comprobado que, con constancia, tenacidad, profesionalidad, moverte con un poco de ojo, y tener compañerismo, se puede; sin tanta publicidad, ni promotoras, ni “pasar por el aro” y cosas así. ¿Conservar la integridad? Claro, siempre. Si no, creo que se ha “perdido la partida” y el producto artístico ha devorado al propio artista, a la persona. Nos empodera y nos consuma como personas el saber que hemos hecho lo que queríamos, que hemos llegado a dónde nos propusimos y logrado alzar la voz; sabemos que el dinero es una herramienta, y lo que conlleva, pero eso, una herramienta, no nosotros en sí mismos, ni constituye el por qué estamos aquí.
¿Crees que la autonomía y la autogestión es la mejor estrategia para el desarrollo y el poder tener el control absoluto de todo lo que uno hace como artista?
Totalmente. No veo otra forma, que no sea, la autonomía, y la autogestión, para realmente escapar a la destrucción y la anulación de las personas que supone el capitalismo, y para poder hacer lo que queramos, de forma libre, llevando nosotras mismas las riendas de nuestra vida, y de lo que hacemos. Si hacemos lo que el capitalismo quiere que hagamos, o esperamos “triunfar en la música” siguiendo los métodos tradicionales, perdemos el control y al final somos lo que quieren hacer con nosotros.
¿Es posible ser fiel a uno mismo en una sociedad tan cruel, tecnificada, inhumana y desapasionada como la nuestra?
¡Claro! La élite que maneja el cotarro nos hace creer que no, que si no “encajas” en alguno de sus moldes, estás fuera, pero obviamente, no nos lo vamos a creer, ni a soportarlo, no nos pueden controlar a todos.
¿Qué valores quieres transmitir a través de tus canciones? ¿Hacia dónde progresan tus gustos e inquietudes musicales?
Los valores a transmitir, los que he comentado a lo largo de esta entrevista. Mis inquietudes musicales, evolucionan a perseguir quizás, en un próximo trabajo, un sonido más punk crudo y acelerado, unas ambientaciones más oscuras, y la misma rebeldía, o más, que me caracteriza.
¿Cómo valoráis el momento actual en el sector musical? ¿Te mantienes al día de las nuevas propuestas que van surgiendo dentro de tu estilo? ¿Sueles acudir a conciertos cuando tienes tiempo libre?
El momento actual lo veo un poco negro por la destructora expansión del fenómeno “tocar alquilando una sala”, que es lo que nos arruina a los músicos, porque así es muy difícil que se costee económicamente para nosotros, lo que dificulta la profesión, nosotros esperamos que nos paguen por tocar, no tener que pagar por tocar nosotros. Esto nos “está matando”, porque antes había más garitos, locales y asociaciones, medios, que nos contrataban a músicos a precio pactado por la actuación, o donde el precio de la entrada es para las bandas, y eso es lo que nos abría muchas puertas, que si te dabas a conocer y te iban saliendo muchos bolos, te hacías una buena temporada y veías ganancias, si no lo malgastabas, jaja, y eso lo reinviertes en grabar un buen álbum y comprarte equipo, y así es cómo ibas para arriba, que así es como lo he levantado yo. En los últimos tiempos, esas opciones son cada vez menos, también porque las normativas de cada ciudad y pueblo, y las llamadas “ordenanzas municipales” restringen y persiguen cualquier actividad que se salga de los “programas de los ayuntamientos”, y hay ciudades donde casi no hay opciones así. Por el dinero y la política se están cargando la cultura, básicamente.
En cuanto a las nuevas propuestas, no dejo de estar al tanto, sigo de cerca y asisto a todos los bolos que puedo de las bandas y asociaciones amigas, ojeo lo que se hace en el underground de otros sitios…
¿Cuál fue el tema que más disfrutasteis grabando y el que te dio más quebraderos de cabeza?
Quebraderos de cabeza, uno de los últimos de «De-Lírica, de sal y asfalto», que grabé con Alejandro Domínguez, el de “Trippin Around”, porque yo estaba en plan purista y quería “el sonido perfecto”, muy contundente, y el pobre estuvo dándole pulidos hasta que conseguimos que sonase brutal, qué máquina el Alejandro. Disfrutar, disfruté mucho grabando «Macarradas y Baladas», con unos colegas, Ángel y Adri, de Zoltan, y fue muy divertido cuando acabamos y nos dimos una fiesta en su local de grabación jaja, recuerdo eso con mucho cariño, y disfruté mucho también creando “Tú Conduces”, porque sabíamos que iba a ser un trallazo, o grabando el videoclip de “Calle Elvira Peatonal” con Granada petada de coches, jaja. También fue curioso cuando grabamos (todo esto último con mi productor, Andre Jones), el track 12 de De-Lírica el de “No nos pueden cerrar”, que ya nos reímos mucho experimentando con el toque de electrónica que tiene en medio el tema, que llamamos “el estrambote”, pues ese día al final, no me preguntes cómo, pero acabamos de funeral, y con un cebollazo increíble, en pleno proceso de grabación jaja.
¿Cómo valoras el gancho que ejercen las nuevas tecnologías en el panorama musical actual?
Lo valoro positivamente, ya que nos da “difu”, aunque tengo sentimientos encontrados. Es verdad que “nos controlan” a través de las redes, y ciertamente veo que a veces conllevan adicción y el prestarle demasiada atención, pero también nos vienen muy bien a las artistas que no queremos seguir el camino tradicional, pero sí darnos a conocer, porque nos conecta en cierta forma con el público, o nos ayudan a encontrar sitios para tocar o contactos, por ejemplo, a quienes nos movemos de forma underground.
¿Consideráis que la juventud ha perdido el interés en preservar la música tradicional, que ha dejado de creer en estilos como el punk rock y el rock, el cual promueve valores universales?
Creo que hay de todo, si bien es cierto, que tanto la juventud, como en general la gente, está cada vez más mecanizada y gran parte de la música “mainstream” se ha vuelto demasiado artificial para mi gusto, a mí la experiencia me dice que el rock, el punk, siguen suscitando el interés del público y sigue habiendo cantera.
Son tiempos difíciles para los soñadores, ¿cuál es vuestra opinión de la escena que se ha ido desarrollando en estos últimos años?
Creo que son tiempos difíciles, en general, para todo el mundo. Para los “soñadores”, siempre ha sido difícil, alguien siempre ha querido trincarse más que el resto, o erigirse sobre los demás, y cuando te opones, pues es más difícil. Y esto tiende a ocurrir aún más últimamente, que, en las pasadas décadas, donde quizás hubo un poco de más libertad, o las personas podían ejercer más su individualidad, o había más acogida de lo “alternativo”, que ahora, que todo está muy capitalizado, y la gente, muy alienada.
Yo, personalmente, una de las cosas que más daño ha hecho a la escena ha sido la capitalización de la música, incluso en estilos como el punk y el rock, donde las bandas han pasado por el aro con cosas que jamás se tenían que haber hecho, y así se está cargando la escena auténtica.
¿Cuál es tu mayor sueño?
Seguir como voy, porque ya estoy cumpliendo mi sueño, que era dedicarme profesionalmente a las cosas que me gustan, que lo he conseguido; elegir la ciudad donde quiero vivir, que también lo he conseguido, y llegar a expandir y dar a conocer mi arte, lo que escribo y lo que toco, que también estamos ya en ello, así que me siento orgullosa. Sólo queda que cambiemos un poco, algunas cosas del mundo, y con eso sería todo jaja.