viernes, 22 noviembre, 2024
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Mostrarse tal y como uno es no es tan sencillo, se necesita tiempo y práctica para alcanzar esa seguridad. Isabel Marco sigue avanzando en su carrera por una senda cada vez más detallista y de marcada personalidad, con una capacidad de transmisión de emociones sinceras y profundas que es imposible resistirse.

En su nuevo disco “Soñando alto”, ha sabido desnudarse sentimentalmente, mostrando una personalidad cada vez más marcada y manteniendo fidelidad a sus ideales. Toda una gama de sentimientos expresados en su plenitud para invitar a decir lo que sentimos en todo momento.

Hace bien poquito has publicado tu cuarto trabajo “Soñando alto”, con gran eficacia en la creación de esquemas y buen esmero en la acentuación de los elementos rítmicos mediante una delicada dirección vocal en el transcurso y avance de las canciones, unos brillantes estribillos y mucho sentimiento en unos textos cargados de significado. ¿Cómo se ha desarrollado todo el proceso creativo? ¿Ha sido diferente respecto a tus trabajos anteriores?

En primer lugar muchas gracias por tus palabras. En segundo, el proceso de grabación ha sido completamente distinto al proceso que he llevado en todos mis anteriores discos. Para grabar este disco decidí hacerlo diferente para poder conciliar el trabajo con el cuidado de mi hijo, para no ausentarme demasiado tiempo seguido de casa como había ocurrido anteriormente. Así que lo que hice fue hacer sesiones de grabación muy separadas en el tiempo, en cada una de esas sesiones grabé tres canciones, en lugar de todas las del disco a la vez. Primero iba al estudio a hacer la preproducción, al tiempo volvía para grabar instrumentos, como ya se habían trabajado previamente no tenía que estar muy encima y solía acudir a mitad de la sesión, y por último, pasado un mes o el tiempo que fuese, volvía al estudio a grabar las voces. Este proceso se repitió tres veces y trabajaba cada vez con tres canciones. Sin ninguna prisa y sin ninguna presión. De este modo, a pesar de ser más costoso en tiempo y en dinero, he podido estar con mi hijo sin ausentarle largas jornadas de trabajo y además, he mimado más las canciones porque he tenido más tiempo para asimilarlas y dejarlas crecer dentro de mí después de hacer la preproducción.

En una primera toma de contacto da la sensación de ser un disco de una apariencia bien sencilla, con un halo de homogeneidad muy atrayente, pero escuchándolo atentamente te das cuenta del gran trabajo que hay detrás, repleto de detalles y matices, un viaje de profundas emociones y contrastes. ¿Tenías claro desde el principio que querías componer un disco con mayor profundidad y repleto de arreglos para que las partes rítmicas se complementasen a la perfección con los sentimientos desprendidos en unas letras reflexivas que invitan a evocar sentimiento positivos, a vencer miedos y aprender a disfrutar de las pequeñas cosas que nos brinda la vida?

La verdad es que me alegro muchísimo de que sea así para ti, es una visión muy positiva. Cuando empiezo a componer no suelo tener claro casi nada; a veces tengo una idea de letra, o de un sentimiento que quiero transmitir, otras veces tengo claro si quiero una canción más lenta o al contrario… y a veces la inspiración me trae lo que he empezado a buscar y otras veces me trae algo completamente distinto y no por ello lo rechazo. Otras veces también ocurre que la canción da un giro en la preproducción porque de repente funciona algo diferente con lo que no había jugado al principio. Lo que sí que tenía claro es que quería que este disco respirara en la línea de la canción “Hojas que se van” de mi anterior álbum, sí que me gusta que tenga esas atmósferas; después las letras hacen el resto.

El haber tenido una disponibilidad de tiempo más amplia ha dado lugar a un disco con unas pinceladas muy sentidas, unos textos cargados de mucho significado y unos arreglos con una capacidad tremenda para atrapar, buscando variedad en matices y llamativos cambios en las tesituras de las guitarras, sin caer en desvíos incomprensibles, jugando con contrastes bien diferenciados y un terreno instrumental mucho más cambiante, sutileza unida con una intensidad rítmica muy marcada. ¿Has tenido una actitud abierta a la hora de probar diferentes tonalidades?

Soy una persona muy abierta, la verdad es que nunca me he cerrado a probar cosas nuevas. Antes me daba miedo, que no es lo mismo que no querer; luego descubrí que me divierto muchísimo probando en mis canciones sonidos diferentes o dándoles un aire con el que antes no me habría atrevido a jugar.

¿En qué sentido crees que más has avanzando con respecto a tu primer trabajo en solitario?

Quizá en una mayor apertura de miras y que me voy desprendiendo de muchos complejos que me pesaban en la mochila. Yo creo que me ha dado alas y me ha dejado más libertad de pensamiento a la hora de escribir y crear.

Foto: Punto & Coma Estudio

Según tengo entendido el título del disco rinde homenaje a la fe en uno mismo para alcanzar metas, en honor a la desarraigada pero inquebrantable lucha de Bruce Springteen por seguir adelante. Hablamos un poquito de como llegaste a tal impulso de bautizarlo de tal forma

Me encontré con esa frase releyendo una biografía de Bruce Springsteen, en su momento no me había quedado con la frase, pero esta vez fue como algo revelador, definía mi estado vital perfectamente y supe que ese tenía que ser el título del disco que estaba componiendo en ese momento.

Con cada canción has buscado una manera distinta de expresar tus sentimientos e inquietudes, entre la crítica social y el sentimiento sincero de quien camina por la vida mirando para intentar comprender, adornadas de ciertas tesituras y líneas de guitarra y rítmica bien empastadas. Un estilo de lo más íntimo y personal. ¿QuÉ pasos sigues para elaborar o extender una idea musical, primero la melodía o eres de las que primero elaborar las letras? ¿Qué te motiva más para escribir?

Suelo empezar trasteando con la guitarra buscando una sucesión de acordes o algo que me guste y de ahí la melodía. Cuando tengo una estructura más o menos definida de lo que podría ser la canción, escribo la letra. Hay veces que la idea ya la tengo en la cabeza antes de ponerme con la guitarra, pero otras veces es la canción la que me dice cuál va a ser la temática. A la hora de escribir me siento motivada por mi entorno, mi cotidianidad, pero sigo teniendo esa vena punk que me hace escribir de las injusticias sociales, de la lucha de la mujer, de historias de personas que se encuentran con dificultades en la vida y que me emocionan.

¿Te influye lo que lees en los periódicos y ves en la televisión o más bien tus canciones son fruto de vivencias personales?

Como te decía hay un poco de todo, por ejemplo «Petricor» o «Los días ásperos», son canciones que hablan de mí, de mi vida, de mi pasado y de mi presente. Sin embargo, «Las flores nunca llegarán» o «Héroes de ciencia ficción», están inspiradas en historias reales, a la primera llego a través de la prensa, es una historia muy concreta de dos hermanas de edad avanzada que se suicidan ante una situación de desahucio; la segunda es sobre la vida en el hospital de unos niños enfermos de cáncer.

“Alma de Canela”, ha sido la primera canción de cara a su promoción. Una composición con buenos arreglos dando profundidad y sensibilidad para realzar el impacto emocional ¿Tiene algún significado especial para ti?

Sí, es una historia que habla de un amor de verano, ¿quién no ha tenido uno? Esos amores son fugaces pero muy intensos y suelen dejar una huella imborrable.

Una de las cosas que más me ha llamado la atención de este trabajo es una clara habilidad en el lenguaje de la creación de melodías con frases que calan hondo como “Mi patria es la gente que tengo a mi alrededor”, “Se esconden debajo de la alfombra las voces que anunciaron la derrota” o “la incertidumbre de esperar al clan contra el instinto de correr”. Uno de eso discos que apetece oír varias veces e ir encontrando nuevos detalles en cada escucha. ¿Es eso lo que has intentando alcanzar un disco tan realista, sincero y humano en el que uno pueda sentirse el protagonista de algunas de sus historias? ¿De dónde viene tanta actitud positiva, critica social y melancolía, es simplemente tu manera de ser?

Me alegro que hayas tenido esos sentimientos escuchando mi disco y que te guste escucharlo, gracias; siempre es un halago en estos tiempos en los que no suele escucharse ni siquiera una canción entera si el estribillo tarda a llegar más de medio minuto. Me considero una persona bastante sincera y creo que cuento las verdades que yo siento. Supongo que hablar de emociones es algo que puede llegar a las personas que son capaces de empatizar, pues al fin y al cabo, como bien dices, somos humanos y no es algo particular de nadie, todas las personas sentimos y padecemos. La actitud positiva ante la vida trato de no perderla, aunque a veces tengo momentos de bajón, quizá es ahí donde me muestro más melancólica. La crítica social me duele cuando la veo, la siento como propia y a veces la transformo en canción, es una manera de protestar.

¿Ha sido difícil la cohesión entre los diferentes elementos de segundo plano, los efectos en las voces, los diferentes modulaciones de las guitarras a la hora de no perder la profundidad emocional y toda la espontaneidad?

Aquí quizá tendrías que hablar más con Pablo Martínez de Ovni Estudio que es mi productor y quien se ha encargado de las mezclas. Sí que es cierto que nos compenetramos muy bien y, como músico y letrista que es, sabe entender los mensajes de las canciones y me entiende también a mí y sabe lo que quiero decir cuando le expreso lo que quiero transmitir en una canción. Ha habido veces en las que me ha captado la idea sin tener casi que explicársela. En las revisiones de las mezclas no he tenido que cambiar prácticamente nada, también es verdad que son cuatro discos trabajando juntos y sabe lo que me gusta, eso se nota.

Para la grabación has contado con músicos de confianza: Guille “Mara” Rubio del Arco a las guitarras, Alex Serra al bajo y Adri López “Cheriff” a la batería; sin embargo los teclados y sintetizadores han estado más repartidos con David T. Ginzo, Alejandro Heredia, Juan Villamil y Alfredo González. A la hora de presentar estas canciones en directo vas a llevar el acompañamiento de algunos de estos músicos o va ser como en gira anteriores algunos conciertos en acústico?

Mantener a los mismos músicos con este formato de grabación en los que tenían que contar con ellos en seis momentos distintos se planteaba como una odisea puesto que ellos también tienen sus trabajos y su agenda bastante apretada. La magia fue que únicamente tuve problemas con los teclistas, tuve que llamar a un distinto para cada momento de grabación. Para la gira voy a estar trabajando con tres formatos diferentes. Tanto el acústico más puro de solo guitarra acústica, teclado y voz como el eléctrico más fiel al disco, van a mantenerse. Para el eléctrico suelo contar con los mismos músicos de estudio, para el acústico estoy girando con Josete Meléndez al teclado y actualmente estoy preparando un nuevo formato electroacústico para el que cuento con músicos de la escena aragonesa, se mantiene Josete Meléndez en los teclados, estará Dani Moncayola a la batería y Marcos García a la guitarra eléctrica. Este formato lo estreno el 25 de enero en mi pueblo, Alcorisa (Teruel). Tengo muchísimas ganas, va a ser un adelanto, porque hasta marzo no arrancaré la gira, ahora voy a dedicarme a promocionar el disco y a esperar a que mi público vaya escuchando mis nuevas canciones y haciéndolas suyas.

Los detalles en los arreglos se constatan acertados desde la primera canción, consideras que se ha pulido al límite cada detalle o tal vez se podría haber mimado mucho más cada composición…

Siempre se puede mimar más, pero para eso tendría que vivir meses en el estudio con todos los músicos y eso es algo que no puedo permitirme. Sin embargo creo que al haber trabajado de esta forma, en tres momentos diferentes, ha facilitado que las canciones se han podido trabajar con más calma, puesto que desde que se hacía la reproducción hasta que se grababan las canciones pasaba un tiempo y eso me ha servido para repensar absolutamente todo.

Foto: Punto & Coma Estudio

¿Cómo se alcanza ese grado de singularidad que has logrado disco tras disco, tal vez, no poniéndose límites a la hora de componer? ¿Cuál es para ti el elemento más importante en una canción?

Pues la verdad es que no lo sé, intento hacer las cosas lo mejor que sé, quiero decir, que no trabajo pensando en la singularidad, trabajo pensando qué es lo mejor para cada canción y cómo quiero que suene. Para mí, el elemento más importante de una canción es que cuente algo y que la melodía se quede.

Me gustaría que definierais con una sola palabra, cada tema que compone el disco. Así, nuestros lectores pueden tener una idea aproximada de cada uno de ellos.

Mal subtitulada: Acción

Petricor: Periferia

El cielo de las mariposas: Anticapitalista

Alma de canela: Pasión

El sabor de los sábados: Amor

Los días ásperos: Liberación

Las flores nunca llegarán: Desahucio

Héroes de ciencia ficción: Infancia

Como un cuchillo: Interior

¿Qué temas piensas que pueden funcionar mejor, que pueden gustar más a tus potenciales seguidores, en especial a la hora del directo?

En mi opinión, que no siempre es la que después resulta, «Mal subtitulada», «Los días ásperos» y «Como un cuchillo».

¿Qué lecciones has aprendido a lo largo de todos estos años inmersos en el mundo de la música?

Que no se puede correr, que hay que tomarse las cosas con calma y que no se puede parar de trabajar, todos los días trabajar; siempre hay que hacer algo y antes de terminarlo pensar ya en lo siguiente, eso me lo enseño mi querido Joaquín Carbonell.

¿Todavía te influye la música de otros artistas o la inspiración surge exclusivamente del interior tuyo?

Es imposible que la música que escucho no me influya de alguna manera, aunque no quiera es de lo que se aprende. Al final supongo que hago una mezcla y la digiero convirtiéndola en algo propio.

¿Qué objetivos te has marcado con este cuarto disco a nivel de repercusión?

Eso sí es difícil, parece que con las redes y las plataformas a las que todos podemos acceder es todo más libre y democrático, pero me temo que es lo que nos quieren hacer ver. Me gustaría tener más visibilidad en plataformas y llegar a algún festival, pero me parece que nací con algunas etiquetas que no me están facilitando el camino.

¿Piensas que es necesaria la ambición para poder vivir de la música?

Creo que es necesaria para vivir de cualquier cosa, quizás para trabajar en una cadena de montaje no, pero entonces te quedarás así toda la vida. Si es lo que quieres y así lo eliges es estupendo, pero eso no vale para mí. No me considero una persona ambiciosa, pero sí que me gusta soñar alto.