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Los bizkainos PI.L.T han tomado en consideración la experiencia de su pasado musical en la composición de las canciones de su nuevo disco «Balak airean», no repitiendo en ningún sentido esquemas y ofreciendo detalles técnicos de nivel con un sonido orgánico pero elaborado, sacando infinidad de contrastes sonoros, dando una mayor importancia a las atmósferas hipnóticas, mayores dosis de espontaneidad y una personalidad cada vez más marcada. Cada canción tiene un toque distintivo y muchos matices que hacen de ella una de la bandas a destacar por todo lo alto en la actualidad del rock metal vasco.

Antes de profundizar en vuestro nuevo disco «Balak airean», me gustaría saber cuales han sido las razones y motivaciones para que este nuevo regreso a la escena no solamente se haya quedado en una actuación exclusiva en la pasada edición del Dimetal Fest sino en algo más que eso, un regreso en toda regla. ¿Tiene algo que ver la gran respuesta de público que hubo ese día o ha surgido de uno modo esporádico debido a que habéis vuelto a disfrutar como en antaño sobre un escenario?

Diría que, aunque la respuesta de la gente fue una grata sorpresa, el regreso se debe más a lo segundo. Se daba la circunstancia de que a todos nos cuadraba a nivel de agenda y pensamos que el buen feeling que teníamos en los ensayos y en el escenario podría tener una continuidad.

En esta nueva etapa habéis tenido la oportunidad de actuar en festivales consagrados como el Mad Cool Festival y el Azkena Rock Festival, supongo que no os esperabais tal gesta después de estar tantos años alejados de los escenarios y que ello ha contribuido en parte en vuestro deseo de querer seguir ofreciendo actuaciones. ¿Cómo ha sido esas experiencias, comparables a lo vivido en el Festimad en el año 1997? ¿Habéis notado que el público de vuestra edad vive vuestros conciertos de otro modo a como lo hacían antes?

Aún no siendo nuestro hábitat natural, ese tipo de festivales siempre son toda una experiencia. Te permite acceder a un volumen de público que para nosotros sería impensable en otras circunstancias e intentamos aprovecharlo. La experiencia ha sido muy buena, tuvimos muy buenas críticas. Como dices, anteriormente ya vivimos situaciones parecidas y sabíamos más o. menos lo que nos íbamos a encontrar, lo cual no quita para que disfrutáramos con la misma ilusión e ímpetu.

Han tenido que pasar dos décadas para que os hayáis animado a entrar de nuevo a un estudio de grabación para grabar un nuevo disco «Balak airean», en el cual habéis conseguido mantener vuestra esencia, pero con un salto muy significativo en muchos aspectos, sorprendentes matices y una nitidez asombrosa en cada elemento integrante, pretendiendo siempre tener una personalidad reconocible y dejando siempre unas pinceladas muy sentidas. ¿Cómo se ha desarrollado todo el proceso creativo? ¿Cuáles han sido las ideas principales y líneas de trabajo sobre las que habéis construido las canciones?

Principalmente ha sido recuperar la dinámica que teníamos cuando funcionábamos como grupo. La creación colectiva era nuestro mayor reto; volver a experimentar que cualquier idea que cada miembro aportase creciera y se multiplicara con la aportación de los demás. No es sencillo, ya que requiere la implicación creativa de todos los miembros, pero en nuestro caso siempre ha sido una de las claves de la singularidad de nuestra propuesta. Todos los miembros de PI L.T. han tenido una personalidad musical e iniciativa creativa muy acentuada que nos ha permitido crecer, tanto grupal como individualmente. Esta vez ha sido igual. La vuelta no hubiera tenido sentido de haber sido de otra manera.

Supongo que habéis partido de unas bases musicales consensuadas y que posteriormente cada uno de vosotros ha ido aportando cosas bajo su visión y experiencia. ¿Cómo es vuestro proceso compositivo, surge de una melodía o riff o se va haciendo por capas partiendo siempre de unas bases de teclado?

Lo comentaba anteriormente. Se ponen ideas sobre la mesa y se van desarrollando entre todos. No hay un patrón definido. Puede ser una melodía, un riff, un ritmo o una línea de teclado. Es igual de importante el estar abierto a las aportaciones de los demás que lanzar ideas. Hay muchas ideas que se atascan por no darse a ser moldeadas. En nuestro caso, la implicación creativa de los cuatro ha sido total.

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Foto: Eider Iturriaga

Hace 20 años no había tanta tecnología musical como hoy en día ¿Os ha resultado mucho más fácil el incorporar efectos y matices, el lograr una cohesión plena entre los diferentes elementos, mayor profundidad y cristalizar por completo el sentimiento de las melodías vocales con respecto a anteriores discos?

Los medios de hoy en día facilitan mucho el trabajo pero lo que más ayuda es la experiencia. Llevar muchos años haciendo música hace que conozcas mucho más el medio y cuál es el camino más corto para llegar a donde quieres. En ese sentido, todos tenemos una experiencia muy dilatada. La verdad es que tampoco hay mucho misterio; es una mezcla de intuición, conocimiento técnico y trabajo.

Estimo que cada uno de vosotros tenéis vuestros propios gustos musicales y una distinta manera de concebir la música, ¿Cómo hacéis para alcanzar un determinado consenso a la hora de definir las pautas de actuación y musicalmente el camino a seguir?

Lo más importante es estar abierto a las aportaciones que puedan hacer los demás. Es el pilar de la creación colectiva. Es como echar un dado a un cubilete y agitarlo entre todos. No existe una pauta previa, todos aceptamos el resultado como una creación propia, es la mejor manera de que aunar visiones diferentes. Actitud proactiva y conciencia de colectivo.

En este nuevo trabajo jugáis con ritmos cambiantes que permiten dar rienda suelta al lucimiento de cada uno de vosotros. Una apertura de miras hacia otros estilos, unos terrenos un tanto atmosféricos y pulcros en detalles técnicos, evocando ambientes y pasajes que hacen de la escucha algo maravilloso y único. ¿Cuáles han sido esas nuevas influencias que habéis tomado de referencia para tratar de hacer un disco tan evolutivo en cambios de texturas? ¿La gran experiencia musical que atesoráis y la valentía de hacer siempre lo que realmente sentís en el alma son factores que siguen jugando a vuestro favor?

Creo que lo defines muy bien en la última frase. Quizás en otras épocas podía haber alguna influencia externa más evidente pero, en este caso, lo que realmente ha primado ha sido la intuición y el intentar reflejar lo que teníamos dentro. Nuestro mayor reto era descubrir cómo podía sonar PI L.T. en 2024.

Estamos ante un ejercicio de progresión, mucho dinamismo y una gran confianza absoluta en vuestras habilidades, sin perder la inmediatez y el factor sorpresa de trabajos anteriores, dejando fluir libremente vuestros sentimientos y consiguiendo que los abundantes arreglos se perciban con mayor notoriedad. ¿Hacia dónde progresan vuestros gustos musicales?

Pues no sabría dar una repuesta que no tuviera como premisa la honestidad y la autenticidad. Creo que con el paso de los años todos intentamos que lo que somos y lo que queremos ser se parezcan lo máximo posible. Tengo la impresión de que pasamos media vida dialogando con el exterior y la otra media intentando comunicarnos con nuestro interior. Tendríamos que hacer una encuesta entre todos pero, en mi caso, cualquier propuesta que conecte con la segunda parte de lo expuesto anteriormente siempre me resultará atractiva.

«Garai honetan», ha sido la canción de cara a su promoción. ¿Tiene algún significado especial para vosotros?

Ha sido la primera canción que hemos publicado en 20 años, por lo que por supuesto que es especial. La gran pregunta era qué era lo que podíamos contar como grupo a día de hoy y optamos por un ejercicio de honestidad intentando reflejar nuestra visión de las cosas. Es una temática que define todo el disco pero en este tema quizás sea donde más se acentúe. “Garai honetan” apunta a nosotros para definir lo que nos rodea. Pensamos que era un buen tema para volver después de 20 años.

En canciones como “Banpiroak», «Eskua» y «Oraindik ez dakizun arren» llama mucho la atención los niveles de complejidad rítmica, una enorme variedad en las modulaciones de las guitarras y un perfecto juego de equilibrios sonoros. ¿Una manera de abrir nuevos caminos?

Puede que sí. Cualquier excusa es perfecta para probar nuevas cosas. A veces lo haces hasta sin querer, por inercia. Esa inquietud la tenemos muy desarrollada todos y el mero hecho de trabajar en algo nuevo automáticamente nos empuja a probar cosas diferentes.

Otra de las cosas que más me ha impresionado de este trabajo es la heterogeneidad de los temas y la excelente estructuración de los mismos. Una obra que suena con una entereza absoluta, plena convicción en estructuras rítmicas y una madurez sorprendente, jugando con cambios de ritmo y tesituras. ¿Sois conscientes de la cantidad de influencias diferentes que mostráis o desde dentro es más difícil percibirlo?

Como he comentado anteriormente, es algo más intuitivo que otra cosa. Todos tenemos un bagaje musical muy rico y es normal que eso se refleje en la arquitectura de las canciones. Creo que es una cualidad que siempre hemos tenido aunque no haya sido algo que hayamos buscado. Entendemos y sentimos la música de esa manera y así queda reflejada.

El álbum alberga un montón de detalles que se van revelando con cada escucha. ¿Habéis tenido una actitud abierta a la hora de probar diferentes tonalidades? ¿Qué sentimientos habéis buscado transmitir a través de él?

Sí, la actitud ha sido completamente abierta. Lo que pretendíamos era crear una versión de PI L.T. que, sin renunciar a lo que en su día supuso, se adecuara al momento actual. No queríamos hacer ningún ejercicio revisionista. Nos hemos centrado en poner en valor la herramienta de la creación colectiva para dar forma a una propuesta actual en la que nos viéramos totalmente reflejados.

Vuestras letras siempre han sido reflexivas y existenciales, y las de este disco no son una excepción, dais una visión sobre la sociedad y el modo de vida actual. ¿Cuál es el mensaje que se quiere transmitir?

Básicamente, la virtud de tomarse la vida con más pausa, de disfrutar más de cada momento sin tener la sensación de que el futuro te va a atropellar. Vivimos a un ritmo que no es sano, en la dictadura de lo efímero…Nos gustaría pensar que hay otra forma de vivir, de evolucionar, de disfrutar, reivindicamos un poco eso.

Sin duda alguna, a nivel instrumental estáis mejor que nunca, como debemos de entender esta mejoría en excelencia como un desarrollo natural en vuestras habilidades o fruto de un deseo de mejora en vuestras parcelas?

Es un poco de todo. Llevamos muchos años tocando y es lógico que cada vez manejemos mejor nuestro instrumento. A su vez, siempre está la inquietud por evolucionar y buscar nuevos caminos.

¿Cuál fue el tema que más disfrutasteis grabando y cuál el que os dio más quebraderos de cabeza?

Todos ellos han tenido su particularidad ya que están grabados sobre la marcha, en diferentes tandas de estudio. Según íbamos componiendo íbamos grabando. Esta manera de trabajar hace que, a veces te encuentres con cosas que no funcionan como esperabas o quieras cambiar cosas a última hora. Aún así todo ha salido incluso mejor de lo que esperábamos. Contestando a tu pregunta, “Balak airean” tal vez fue la canción que más nos costó encontrarle el punto. “Banpiroak”, sin embargo, fue sota caballo y rey.

blankHabéis cuidado mucho tanto las formas como el contenido musical del mismo. El diseño es espectacular y la portada logra inmediatamente por sus matices. ¿De qué manera están los conceptos implícitos en la misma?

Todo lo que tiene que ver con este disco está hecho por nosotros; las canciones, la grabación, el diseño del disco y las fotos que lo forman. Abio tenía esta foto que nos llamó la atención por su contundencia. En cierto modo, la composición y el elemento arquitectónico emulan un punto de mira que hace una referencia más literal al título del disco. Y luego estaría la idea del muro de contención que genera la foto (mucha masa de hormigón con un pequeño y asfixiante escape de aire y cielo) frente al mensaje que predomina en las letras, que no es otro que la manera de comunicarnos y de actuar, el algoritmo, las prisas y el desequilibrio emocional instaurado en la sociedad. Elementos demasiado frágiles que nos afectan y obligan a crear ese muro.

¿Qué objetivo esperáis alcanzar con este disco?

Sinceramente no tenemos ningún objetivo salvo el de disfrutar del viaje que estas canciones y esta nueva etapa del grupo nos traiga consigo. Queremos tomarnos las cosas con calma, tocar en directo y compartir nuestras canciones con todo aquel que le apetezca y buscar nuestro sitio en estos tiempos tan acelerados que nos han tocado vivir. “Balak airean” es nuestro antídoto de todo ello.

¿Creéis que todavía a día de hoy sigue siendo necesario reivindicar la música vasca?

Por supuesto. Todo pueblo debería reivindicar su idioma, su cultura, y mucho más en nuestro caso teniendo en cuenta su debilidad.

Para concluir un mensaje que deseéis hacerle llegar a los seguidores

Básicamente, que estamos aquí de nuevo con muchas ganar de encontrarnos con ell@s en los conciertos y poder disfrutar junt@s.

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