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Mad Sneaks, banda brasileña conocida por su sonido denso e introspectivo inspirado en el rock de los años 90, presenta su nuevo sencillo “Dirty Blood”, una canción que invade, incomoda y, paradójicamente, reconforta, que desafía e invita a la reflexión. Es para quienes entienden que hay belleza en la incomodidad, verdad en el agotamiento y pureza en aquello que, a primera vista, parece impuro.

Sin seguir una narrativa lineal, la letra está construida como un desahogo fragmentado, donde no hay promesas de cura ni soluciones fáciles. Es la exposición cruda de un caos íntimo, como moléculas chocando al mismo tiempo. Entre caladas de cigarro y pensamientos al borde del colapso, cada fragmento de la canción intensifica la entrega emocional, revelando la forma más honesta de narrar sentimientos que no encajan en estructuras tradicionales.

“Dirty Blood” trae una poesía sucia en sentido visceral, no para embellecer el sufrimiento, sino para aceptarlo como parte inevitable del florecer. La metáfora es poderosa: hay que pudrirse para luego germinar, como la semilla que solo brota después de deshacerse. La figura de la oveja negra, símbolo de rechazo, aquí se resignifica como la más íntegra y de sangre pura, un manifiesto de autenticidad en un mundo de máscaras y discursos fabricados.

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