viernes, 3 mayo, 2024
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Hay bandas que son incapaces de dar con el punto exacto para hallar un equilibrio entre todas sus influencias musicales, careciendo de cierta credibilidad y no sabiendo como sacar infinidad de contrastes sonoros, no es el caso de los burgaleses Perros de Paja, que hacen alarde de una gran cantidad de recursos musicales, encontrando coherencia y personalidad en agilidad rítmica y mucho sentimiento a través de los diferentes matices vocales. En su segundo trabajo «Silencio Orgánico», brilla la calidad individual y colectiva del grupo, albergando frescura y mayor sentimiento, conteniendo a nivel instrumental muchos más matices que en su disco debut, no perdiendo la espontaneidad y autenticidad a la hora de englobar muy bien todas sus influencias.

Supongo que el proceso de composición y grabación de este segundo disco “Silencio Orgánico” ha sido muy distinto al primero, de título homónimo, una mayor inspiración creativa y atrevimiento en ir un paso más allá en parajes alternativos, aportando nuevos matices sonoros y enfoques distintos para manifestar un crecimiento en versatilidad y búsqueda de una personalidad propia. ¿Qué retos teníais para este álbum y hasta que punto habéis enfocado esta vez el concepto de la producción?

Básicamente cuando tú defines el disco, estás definiendo exactamente el objetivo que teníamos, así que, como tu bien dices, el reto era ir un paso más allá, que cada composición fuera lo mejor posible, sin repetir la fórmula. Cada vez que nos enfrentamos a una nueva canción, nos lo planteamos así: tratamos de buscar ese nuevo sonido que no hemos usado nunca y que describe exactamente lo que queremos transmitir, ese tema que nunca hemos tratado en ninguna otra canción para expresar lo que sentimos en ese momento, siempre desde nuestra forma de ver la música y la vida. En este disco, al contrario que en el primero, que era más directo y crudo, hemos meditado más y dado más vueltas a cada tema, también hemos experimentado otros sonidos, otros efectos… enfocando la producción de forma completamente diferente a “Homónimo”. En “Homónimo”, lo planteamos pensando en el directo. En cambio, para “Silencio Orgánico” nos planteamos intentar grabar el mejor disco posible, sin pensar en cómo lo íbamos a llevar al directo, y añades capas, arreglos que dan otra dimensión a los temas, otros instrumentos… aunque en su justa medida y sin perder la organicidad, y la verdad es que estamos muy contentos con el resultado. Gran parte de culpa tiene Jorge Matute, que siempre se implica al 100% y hace que todo cobre sentido al final.

¿Cuál es el rasgo esencial que más designa vuestro sonido actual?

Siempre que nos preguntan que a qué sonamos, no tenemos muy claro que responder, muchas veces se busca poner etiquetas o referencias y nos cuesta bastante definirnos con un estilo concreto o nombrar bandas con sonidos similares, y esto nos encanta, porque creemos que nos da un punto de autenticidad y personalidad propia. Entonces a la hora de designar un rasgo esencial pues nos encanta decir que sonamos a perrosdepaja. Y personalmente creo que ese debería de ser el objetivo de cualquier banda, sonar autentica y original.

Ansias renovadas, sentimientos encontrados y un aura totalmente diferente y propia bajo diferentes calibres de entender el rock-metal, un buen trago de frescura musical, en riqueza de detalles y unas líneas de guitarra mucho más elaboradas, mayor definición en estructuras, cortes más directos y llenos de contenido, permitiendo al oyente que sea parte activa y tenga que desmenuzar el disco individualmente para hallarle su sentido. ¿Cómo definiríais este nuevo disco? ¿En qué tesituras os sentís más cómodos?

Silencio orgánico es un disco que mezcla muchas influencias y estilos, son siete cortes variados, bastante diferentes entre sí, dentro del espectro tan amplio que es el Rock-Metal, con todas sus variantes y subestilos. De esta forma, la escucha del disco se pasa rápida. Es un disco que fluye, y para nosotros era importante conseguir esa naturalidad en cada canción, y que, a su vez, el disco en su conjunto diese también, esa misma sensación de ser orgánico y compacto, donde no hubiese ninguna canción que no formara parte de ese todo. Es un disco con unas letras que dan que pesar y hace reflexionar al oyente del mundo en que vivimos y el mundo que estamos dejando a las próximas generaciones, y se nota esa rabia y decepción sobre la humanidad, pero también hay ciertos haces de luz y de esperanza.

En este disco nos encontramos con siete canciones marcadas por la elaboración compositiva y la melodía, donde vuestro cantante hace un buen alarde de desenvolverse igual de cómodo en diferentes registros, garantizando su perdurabilidad en el tiempo. Una propuesta valiente llena de vitalidad que te garantiza una escucha entretenida. Supongo que cada uno de vosotros tenéis vuestros propios gustos musicales y una manera distinta de concebir la música. ¿Cómo hacéis para alcanzar un determinado consenso a la hora de definir las pautas de actuación y musicalmente el camino a seguir, fundiendo de manera magistral sensibilidad y dureza?

David siempre intenta no repetirse, buscando la originalidad de las melodías y jugando con diferentes registros, siempre en favor de la canción, y si con eso conseguimos que la gente lo disfrute, sea entretenida la escucha y perdure en el tiempo como comentas, pues estaremos superorgullosos y satisfechos. Respecto a cómo alcanzamos ese consenso musical, pues como no puede ser de otra forma en perrosdepaja, discutimos mucho, hablamos de qué queremos, que sensaciones nos transmite el tema, quitamos media canción, restructuramos, los riffs van y vienen, volvemos a discutir, encontramos el camino y reconducimos la canción, etc., etc., … hasta que estamos todos satisfechos. A veces es más rápido que otras, cuando en una banda hay cuatro tíos de los cuales, cada uno proviene de un estilo diferente, pues a veces se complica, pero siempre hay un punto donde esos gustos y referencias musicales convergen y todos coincidimos.

Me gustaría que definierais con una sola palabra, cada tema que compone el disco. Así, nuestros lectores pueden tener una idea aproximada de cada uno de ellos.

Joder… no nos lo pones fácil ehh… pero esto me viene al pelo para hablar de algo del disco que me encanta. David, como te comentaba antes, es una cabeza pensante inquieta, no puede parar, y decidió utilizar juegos de palabras, dobles sentidos y un recurso literario que se llama calambur que consiste en la unión de las sílabas de dos o más palabras, variando el lugar habitual de separación entre ellas, con el fin de obtener un significado distinto al que tienen en su posición normal. Así que propongo a aquellos que les entre curiosidad que los analicen y encuentren el sentido de cada título y de cada canción. Venga, vamos con el reto:

«La Edad del Sol»: Soledad

«El Odio Perlado»: Rabia

«Lenta de Cadencia»: Apocalipsis

«Conversos»: Educación

«Otra Morada»: Empoderamiento

«Díasinertes»: Crueldad/Decepción

«La Palabra os Cura»: Oscuridad/ Dolor

¿Ha sido difícil la cohesión entre los diferentes elementos, los matices vocales y las diferentes modulaciones de las guitarras para rematar de brillante manera una gran obra?

Cuando tienes a Ahíta y a David en el grupo, pues hacen que lo difícil parezca fácil.

El álbum alberga un montón de detalles que se van revelando con cada escucha. ¿Habéis tenido una actitud abierta a la hora de probar diferentes tonalidades? ¿Qué sentimientos habéis buscado transmitir a través de él?

Siempre nos planteamos la composición sin ningún tipo de autocensura. Según se suceden las ideas, los riffs o incluso cuando tenemos una noción mínima de sobre qué queremos hablar; trabajamos en ellos con una mentalidad totalmente abierta y eso hace que todo sea más rico.

En este segundo disco teníamos claro que queríamos que la producción fuese más compleja, más detallada, con más capas y matices; y toda esta riqueza hace que las canciones estén mejor definidas en su concepto.

¿Qué elementos del disco creéis que os pueden hacer destacar del resto de grupos actuales?

Sinceramente, creo que lo que hace destacar un disco son las canciones, es decir, si las canciones son buenas y te llegan de la forma que sea. Las canciones pueden tener elementos completamente diferentes y que se te queden dentro para siempre, y todo lo contrario, dos temas con los mismos elementos, pues que uno te haga llorar y otro no te diga nada. Es lo grande de la música… Algo que consideramos importante es que este disco hay que escucharlo del tirón y varias veces, y te va enganchando y ganando con las escuchas. De todas formas, lo mejor es que lo decidan los que escuchan el disco.

Vivimos en una época donde la tecnología juega un papel importante. Grabar un disco está al alcance de cualquiera, con lo que ocasiona es que haya un exceso de bandas e incluso muchas de ellas no ofrecen casi nada nuevo. ¿Cuál es vuestra opinión de los nuevos tiempos en la música? ¿No creéis que actualmente hay muchos grupos que saturan sus trabajos con exceso de producción de forma que oculta o disfraza la falta de creatividad? Además hay muchas bandas nacionales que merecen muchísima más repercusión a nivel internacional.

Efectivamente, hay muchas bandas, y también es cierto que la gran mayoría no sorprenden, pero actualmente es muy complicado ofrecer algo nuevo y original. Es el tiempo de la inmediatez, y somos de la opinión que la música hay que escucharla sin prisas y disfrutarla, y la industria de la música ahora mismo hace todo lo contrario, genera el mismo producto repetidas veces y lo reproducen en las radios hasta que se te clave en el cerebro. Esto sucede cuando hablamos de qué es lo que triunfa o tiene éxito social, pero aquí me gustaría dejar un halo de esperanza y optimismo y decir que también hay grandes músicos y grandes bandas con un talento inmenso, y que, aunque lamentablemente no puedan dedicarse profesionalmente a la música, han dejado y están dejando arte de mucha calidad.

¿Consideráis que definitivamente se ha eliminado el complejo de inferioridad de las bandas nacionales respecto a las de fuera?

Sí, por supuesto. Bandas nacionales como Quaoar, Toundra, Berri Txarrak, Nothink, Angelus Apatrida, Jardin de la Croix, Morgan y muchas otras más están a la altura de cualquier otra banda del panorama internacional, pese a no tener las mismas oportunidades o tener que pelear el doble para conseguir lo mismo. Imagínate si las tuvieran… aun así. Alguna lo está consiguiendo, y hace sentirte orgulloso.

¿Cuál creéis que es mayor problema con el que se topa un grupo de Rock-metal en España?

El principal problema es que la escena está pobre, pobre de salas, pobre de productoras, promotoras y discográficas que apuesten por el rock y el metal y sobre todo, pobre de público. La gran mayoría de jóvenes y adolescentes andan por otros derroteros y son ellos los que podrían levantar la escena, pero no tiene pinta de que eso vaya a pasar. Nosotros seguiremos a lo nuestro, haciendo lo que nos gusta mientras haya ganas y disfrutemos con lo que hacemos.

¿Qué sentimientos habéis buscado transmitir con el título y la portada del mismo?

“Silencio orgánico” es un concepto que se utiliza en la escena teatral. Somos muy amantes del teatro y nos gustaba la idea que evoca el título. En la música en general y en la nuestra en particular intentamos que los silencios tengan un papel relevante, que formen parte de la música tanto como forma parte del teatro; por eso quisimos incluir las máscaras que simbolizan el teatro en esa polilla que simboliza lo orgánico, lo natural.


Actualmente hay muchos grupos que saturan sus trabajos con exceso de producción de forma que oculta o disfraza la falta de creatividad. ¿Cuál es vuestra opinión al respecto?

Bueno… yo creo que cada cual hará lo que pueda o quiera… Actualmente hay los recursos que hay y cada uno es libre de utilizarlo como quiera, pueda o sepa. Habría que preguntarse si Bach, Wagner o Beethoven no utilizarían la tecnología actual para sus composiciones, y seguro que serían grandes superproducciones, o cómo serían las grabaciones de Led Zepellin con los recursos que tenemos ahora.

No necesariamente un exceso de producción va a hacer mejor una canción, así que puede jugar en contra del propio artista. Cada estilo tiene su propia forma de producir y al final, es el público el que decide si le gusta o no. Y nadie está equivocado. Estamos acostumbrados a decir que la música de ahora es peor que la de antes, por simple o por falta de creatividad. Pero son los jóvenes los que deciden que les gusta hacer y escuchar, y muchas veces es un acto de rebeldía frente a sus padres y hacia los adultos, como el que nosotros mismos tuvimos. A mí con 16 años me gustaba La Polla Records y la mayoría de adultos se escandalizaban… y si me ponían Yes, Rush, King Crimson o Pink Floyd a mí me parecía una mierda, pero ahora no pienso así, son bandas que me encantan, son cosas que pasan generación tras generación.

¿Cuál fue el tema que más disfrutaste grabando y el que te dio más quebraderos de cabeza?

Pues cada uno de nosotros lo vivió de forma diferente, personalmente, yo disfruté mucho con La edad del sol y con El odio perlado. Y la palabra os cura al ser más técnica y compleja no fue tan disfrutable.

¿Cómo veis la industria musical en este momento? ¿Cuáles serían vuestras alternativas para intentar dar la vuelta a la situación?

Pues hecha polvo, para la industria musical es muy sencillo sacar el mismo tema una vez tras otra, componerlo y producirlo rápidamente, con el consiguiente ahorro de costes, que luego se emplean en ponerlo a todas horas en radio y a generar beneficios… vamos, “easy money”. Y contra esto es imposible luchar, ya no hay riesgo por parte de las compañías que deben invertir, y los festivales siguen encabezados por grupos de hace 20 o 30 años… sin estas bandas, los festivales están condenados a perder dinero por falta de público y por exceso de oferta. Otra cosa que se está viendo en la actualidad es los precios desorbitados de entradas tanto para festivales, como para conciertos de gran repercusión… que luego son las entradas que se agotan… en cambio, conciertos de salas de pequeño-mediano aforo están en horas bajas, y son estas las que son necesarias para crear escena y para que haya alguna banda en el futuro que encabece los futuros festivales.

Para dar la vuelta a la situación hace falta que se alineen los planetas, tienen que darse multitud de situaciones: más público, más salas, más inversión, promotoras y discográficas que se arriesguen, bandas grandes que ayuden a las emergentes, en vez de sangrarlas… y a corto plazo, no creo que eso vaya a pasar.

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